Rafael en el Museo del Prado

Será, sin duda, una de las exposiciones del verano. Y no solo en España, sino en Europa. No es fácil organizar una muestra de Rafael, cuyas obras no se suelen prestar. En este caso, el Museo del Prado, en colaboración con el Museo del Louvre, han logrado reunir más de setenta obras de la última etapa del maestro, que pasó en Roma. Son apenas siete años (1513-1520), pero dieron mucho de sí, gracias a que Rafael puso en marcha un complejo y sofisticado taller, cuyos principales ayudantes fueron Giulio Romano y Gianfrancesco Penni, protagonistas también de la exposición, que puede visitarse desde mañana y hasta el 16 de septiembre. Estos son diez momentos que no debe perderse.

1. «El Pasmo de Sicilia» luce restaurado. Su verdadero nombre es «La caída en el camino del Calvario», pero se conoce como «El Pasmo de Sicilia». Óleo sobre tabla transferido a lienzo, realizado entre 1515 y 1516, es una de las obras que conforman la espléndida colección de Rafael que atesora el Prado, además de una de sus obras maestras indiscutibles. Se exhibe por vez primera tras ser restaurada y luce espléndida en la primera sección de la muestra, dedicada a las pinturas de altar.

2. «La Perla», otra joya del Prado. Obra emblemática de la colección de Felipe II que hoy cuelga en el Prado. Para los comisarios de la exposición, esta obra, totalmente ejecutada por Rafael, «demuestra su inteligencia artística, su conciencia espiritual, su inventiva. El Niño no mira a la Virgen ni a San Juanito, sino a la luz, al padre».

3. Retratos de amigos (I): Baldassare Castiglione. Rafael fue un excepcional retratista, como queda patente al final de la exposición. Hizo dos tipos de retratos: los oficiales, por encargo, y los de sus amigos, que solían ser regalos. A este segundo grupo pertenece el fantástico retrato de Baldassare Castiglione, gran amigo suyo al que pintó en dos ocasiones. Obra maestra del Louvre, representa al gran humanista. Son los ojos azules más hermosos de la Historia del Arte.

4. Retratos de amigos (II): Bindo Altovitti. Igualmente excepcional, es otro de los retratos que Rafael hizo a sus amigos, y en los que derrochó toda su maestría. Procede del Museo de Bellas Artes de Estrasburgo. El retratado era un banquero florentino, gran aliado de los Médicis. Rafael atrapó en el cuadro toda la belleza del joven, amigo de muchos artistas, entre ellos Miguel Ángel, enemigo declarado, junto con Sebastiano del Piombo, de Rafael.

5. Retratos oficiales. En una pared de la exposición cuelgan juntos tres espléndidos retratos que le encargaron a Rafael. A un lado, Giuliano de Médicis, un óleo y temple del Metropolitan neoyorquino. En el centro, Isabel de Requesens y Enríquez de Cardona-Anglesola, del Louvre. Estuvo catalogada durante mucho tiempo como retrato de Juana de Aragón, pero en realidad era la esposa de un virrey de Nápoles. Al otro lado, el cardenal Bernardo Dovizi da Bibbiena, del Palazzo Pitti de Florencia. Fue uno de los más cercanos y fieles aliados del Papa León X.

6. Bolonia cede por primera vez su «Santa Cecilia». Este préstamo de la Pinacoteca Nazionale de Bolonia tiene doble mérito. Por un lado, es la primera vez que sale de la ciudad. Por otro, no se anuló el préstamo, pese a que la ciudad fue asolada recientemente por un terremoto. Tanto el director del Prado como los comisarios de la exposición lo agradecieron públicamente en la presentación de la muestra el pasado viernes. Destaca en esta obra la belleza de las figuras y su armónica composición.

7. Préstamos del Louvre. El Louvre es el coorganizador de la exposición. Hasta allí viajará en octubre. El museo parisino ha cedido obras muy destacadas. Es el caso de una Sagrada Familia que toma su nombre de Francisco I. Esta obra está firmada y fechada. La composición es muy emotiva. Junto a ella cuelga un espléndido «San Miguel», la más importante de las tres pinturas encargadas por León X a Rafael como regalo para la corte francesa.

8. Vírgenes y Sagradas Familias.El grueso de los temas compositivos de Rafael y su taller presentes en la exposición son las Vírgenes y las Sagradas Familias. Las hay de gran y pequeño formato, realizadas por Rafael, por Giulio Romano, por Penni... «La Virgen de la rosa», del Prado (hasta hace poco se creía que se había pintado sobre lienzo, pero su estudio ha desvelado que Rafael la hizo sobre tabla), cuelga junto a «La Virgen Munro of Novar», de Romano, una versión de «La Virgen de la rosa» del maestro.

9. «La Transfiguración», de Penni y Giulio Romano. Entre los tesoros que encierran los Museos Vaticanos se halla la última pintura de Rafael, «La Transfiguración», un encargo para la catedral de Narbona. Nunca viajó a Francia, se quedó en Roma. Estuvo colgada sobre el ataúd de Rafael, y después pasó a la iglesia de Pietro in Vincoli de Roma. Esa obra no viaja jamás. Pero el Prado atesora una copia que hicieron sus principales ayudantes: Penni y Giulio Romano. Debido a su peso y dimensiones, no se ha movido de la sala 49 de Villanueva. A su lado, el estudio técnico del cuadro: radiografías, reflectografía infrarroja...

10. Rafael dibujante. En la misma sala donde cuelga «La Transfiguración», se exhiben 13 de los 17 dibujos preparatorios conocidos que hizo Rafael de esta pintura. Son unos soberbios dibujos que descubren al maestro como un genial dibujante. Hay préstamos del British Museum, el Louvre, la Biblioteca Ambrosiana de Milán, el Ashmolean Museum de Oxford...