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Blog de Miguel Angel Rodriguez y Urosa

Titanic. The Artifact Exhibition

Titanic. The Artifact Exhibition

La algarabía que se formó entre los ciudadanos que llegaban en carruajes y trenes desde todos los rincones de Irlanda hasta el astillero de Harlan and Wolff, en Belfast, era sólo el preludio de la celebridad que durante décadas ha acompañado al buque insigne irlandés, bautizado como Titanic.

Ha pasado casi un siglo desde que el navío más imponente que jamás se hubiera construido encendiera por primera vez sus calderas entre los vítores y la agitación de los pañuelos de miles de espectadores.

Lo que ninguno de los allí presentes podía suponer es que el ’insumergible’ barco terminaría yaciendo en las gélidas aguas del Atlántico arrastrando con él los sueños y las esperanzas de más de 1.500 pasajeros.

Ahora, por primera vez en Madrid y tras recorrer varias capitales del mundo, 230 fragmentos de aquellas historias emergen del profundo océano en la exposición ’Titanic. The Artifact Exhibition. Objetos reales. Historias reales’ para que ’bucear’ entre los recuerdos del lujoso navío.

Una vez a bordo, los visitantes de la muestra se trasladarán a 1912 —año en el que se finalizó la construcción del Titanic y en el que emprendió su único viaje— a través de más de 200 objetos extraídos en las sucesivas expediciones que la empresa titular de los derechos del buque, RMS Titanic Inc, ha realizado desde la década de los 80.

Vajillas, picaportes, naipes, billetes, perfumes o una botella de Moët and Chandon Seco Imperial de 1898 sin descorchar son algunos de los objetos que se conservan en las vitrinas de la muestra, acondicionadas para la conservación de cada tipo de material.

"Los objetos son muy frágiles puesto que han estado mucho tiempo sin estar expuestos a la luz por eso cada día deben ser cubiertos con mantas y se trasladan en condiciones muy especiales, no nos separamos de ellos", explica Cheryl Muré, directora del Departamento de Educación de Premier Exhibitions Inc, propietaria de RMS Titanic Inc, y miembro de una de las expediciones.

Los artefactos recuperados de los restos submarinos del Titanic forman parte de una colección de más de 5.500 objetos repartidos por el mundo en exposiciones simultáneas. Así, la muestra ofrece la posibilidad de contemplar —e incluso tocar— una parte del casco del navío u observar los complementos en oro y plata que los pasajeros más adinerados guardaban en sus camarotes.

Un viaje a las historias reales
Para adentrarse en el viaje cronológico a través de la corta vida del Titanic, la exposición recorre los detalles más curiosos del navío desde su construcción hasta su naufragio a través de su propia historia y la de sus pasajeros.



La recreación de uno de los camarotes de primera clase.
De esta forma, las historias con nombres y apellidos reviven transformadas en objetos personales y fotografías que han sido reunidos tras varias décadas de investigación.

"Las investigaciones históricas han sido muy exhaustivas, se han hecho cientos de entrevistas tanto a supervivientes como a familiares de pasajeros", explica Muré.

Recreaciones muy logradas
La ambientación de la muestra resulta esencial para trasladar al visitante hasta los pasillos del navío, por eso, música, luz y decorados están al servicio de la recreación de los camarotes de primera y tercera clase, del relato del hundimiento o de las anécdotas más peculiares.

En la parte final del recorrido, un bloque de hielo de ocho metros conservado bajo cero simula ser el iceberg contra el que el Titanic chocó la noche del domingo 14 de abril de 1912 al que sucede la última sala en la que se encuentra la campana que Fredèric Fleet hizo sonar aquella trágica noche.

Una historia universal
Las fotografías históricas, los vídeos y carteles informativos aportan interés e interactividad al recorrido por lo que es recomendable para todas las edades. "Más de 20 millones de personas ya han presenciado alguna de las exposiciones que han estado repartidas por el mundo durante 14 años desde niños a ancianos", comenta orgullosa la directora.

Y es que el Titanic es todo un hito universal de lo que sin duda es gran responsable el cine comercial. "El cine ha contribuido a dar a conocer la historia del Titanic. La película más conocida que se ha hecho hasta ahora, la de Leonardo Dicaprio y Kate Winslet, es bastante fidedigna a los hechos históricos, se nota que está bien hecha. Además, utilizaron varios objetos que pertenecen a esta colección", concluye Muré.


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’Titanic. The Artifact Exhibition. Objetos reales. Historias reales’ se abre al público a partir del jueves en la C/ Goya 5-7 de Madrid. Para consultar precios y comprar las entradas: www.titanicmadrid.com                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                

1 comentario

Rafael -

Como que HA PASADO MAS DE UN SIGLO desde que el Titanic encendió por primera vez sus calderas??eso fue en 1912, y creo yo que todavía estamos en 2008.