Cambiar a Colón de sitio

La estatua de Colón regresó ayer al espacio para el que fue concebida: el centro de la plaza a la que da nombre. Un año antes de lo previsto, gracias a los fondos del Plan E que han dado al Ayuntamiento el oxígeno -11 millones de euros- necesario para adelantar los trabajos. Al tiempo que la mudanza del monumento, se han realizado trabajos de pavimentación, renovado de mobiliario y ampliación de aceras y praderas en el primer tramo del paseo de Recoletos. Todo un anticipo del eje que llegará, algún día, hasta Atocha.

Cambiar a Colón de sitio tiene mucho de simbólico: pasa del margen al centro, de dejar vía libre a los coches a sentar las bases para un nuevo tiempo donde el peatón gane espacio. Y es también la puerta visible a la reforma del eje Prado-Recoletos, ya completada por esta parte hasta la esquina con la calle Prim.

Lleno total

Seguramente por eso, ayer la puesta de largo de la nueva ubicación del monumento -en realidad, una vuelta a sus orígenes- estuvo rodeada de la liturgia de las grandes ceremonias. Incluidos más de 60 invitados, entre los que se contaban los arquitectos firmantes del proyecto de reforma del eje Prado-Recoletos, Álvaro Siza, Juan Miguel Hernández de León, Carlos de Riaño, José Miguel Rueda y Fernando Terán.

Y a los profesionales se les unieron los políticos: como obra financiada con dinero del Gobierno Central, estaban presentes el vicepresidente del Gobierno Manuel Chaves, la delegada del Gobierno en Madrid, Amparo Valcarce, el secretario de los socialistas madrileños, Tomás Gómez, los portavoces municipales de PSOE e IU, David Lucas y Ángel Pérez, y una decena de concejales de los tres partidos políticos: PP, PSOE e IU.

Más espacio peatonal

Hernández de León explicó el concepto de la reforma: hacer ganar espacio al peatón. Este proyecto afecta a todo el eje Prado-Recoletos, pero se está haciendo por «capítulos» dada la diferencia de criterios sobre la misma con la Comunidad de Madrid.

Resituar a Colón en el centro -donde estuvo originalmente- supone deshacer lo que fue «una operación equivocada», dijo Hernández de León. En el tramo de Recoletos ya reformado «no se ha tocado ninguno de los árboles que existían, y además hemos plantado 169 nuevos ejemplares», matizó.

Cuando finalice la modernización de la plaza de las Cortes, en junio de 2010, esta reforma unida a las de Colón, la Cuesta de Moyano, la calle Montalbán y Atocha supondrán haber finalizado el 50 por ciento de la reforma del eje. Faltará lo principal: el tramo declarado bien de interés cultural, sobre el que tiene derecho de veto el Gobierno regional. Pero el arquitecto Álvaro Siza piensa que la reforma «ahora ya es irreversible».

Algo parecido debe pensar el alcalde, Alberto Ruiz-Gallardón: «Pese a las dificultades -recordó- la mitad del proyecto estará terminado en 2010». Y se mostró convencido de que, cuando lo vean, los madrileños «nos preguntarán: «¿y cuándo llegaremos a Atocha?»».

«Poner y quitar ladrillos»

También el ministro Chaves se felicitó por la obra, una de las 269 que se han llevado a cabo este año a cargo de los 554 millones de euros que el Plan FEIL (Fondo Estatal de Inversión Local) dejó en la capital. «Frente al reproche de quienes nos dicen que sólo ha servido para poner y quitar ladrillos», Chaves opuso cifras: en toda España, «más de 425.000 empleos y 14.000 empresas han podido mantener su actividad gracias a este plan».

Pese a la nevada previa y la llovizna de agua-nieve del momento, ministro, alcalde y sus respectivas comitivas contemplaron desde una esquina del paseo de Recoletos cómo cuatro operarios tiraban de las cuerdas que sujetaban la lona color azul -el tono corporativo del Ayuntamiento madrileño- que cubría el monumento, dándolo así por inaugurado.

Junto a él, la zona renovada del paseo que cuenta con un pavimento especial -el mismo que lucirá el eje en su conjunto-, una superficie flexible e impermeable, de tono verdoso en la actualidad pero que, según explicaron los técnicos municipales a ABC, «cambia de color con el uso».

También se estrenan bancos, papeleras, farolas y alcorques, todos del nuevo estilo que adornará el conjunto del eje y que han sido diseñados también por el mismo equipo de arquitectos autor del proyecto para la reforma integral de este eje.