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Blog de Miguel Angel Rodriguez y Urosa

Prado y Hermitage

Prado y Hermitage

Hace semanas, las dos salas de exposiciones principales de la ampliación del Museo del Prado acumulaban cajas y embalajes, un puzle caprichoso de esquelaturas de madera, catafalcos sellados, un bosque cuadrado con secretos dentro. Eran las cajas que transportaban algunas de las piezas más representativas de las colecciones del Museo del Hermitage, que desembarcan en Madrid durante cuatro meses y medio, a aprtir del próximo 8 de noviembre.

Es la apuesta de otoño/invierno del Prado, patrocinada por la Fundación BBVA y que abrocha el Año Dual España/Rusia. Probablemente es una de las exposiciones más ambiciosas de las últimas décadas en la institución. Más de 170 piezas que dan el pulso fastuoso que encierra la pinacoteca rusa. Desde el 'ajuar' del oro escita del siglo IV a.C. y la joyería siberiana a las artes decorativas (con el 'Vaso de flores', en cristal de roca, oro y diamantes de Carl Fabergè). De los tesoros de los zares a los grandes maestros de la pintura, que aquí tiene como icono iniciador a Tiziano para rematar en Malevich.

"Es un privilegio poder contar con esta selección de sus colecciones", dice Gabriele Finaldi, subdirector de conservación del Museo del Prado. "Aquí podemos hacer una lectura muy flexible de la importancia de las colecciones del Hermitage, de su enorme trascendencia". La muestra se abre con tres retratos de aquellos que fueron cimiento de la leyenda de la picacoteca rusa: Pedro I El Grande (fundador de la ciudad de San Petersburgo); Catalina la Grande (artífice de las colecciones primeras del museo) y Nicolás I (quien abrió la insititución al público).

Fue Catalina la que mantuvo una voracidad acumuladora que la llevó a adquirir, en el siglo XVIII, algunas de las colecciones principales de Europa, como la del conde Heinrich von Brühl, la de Robert Walpole (considerado primer ministro del Reino Unido), la del conde de Baudouin y la colección de escultura de John Lyde-Brown. Incluso la biblioteca de Voltaire. De este modo, arrancó el Hermitage que hoy conocemos y que en el siglo XX se enriqueció con los fondos de las familias Serguei Schukin y Mijail e Ivan Morozov. Ellos adquirieron la mayoría de las obras de Matisse de primera época. O los fondos del cubismo analítico de Picasso, de los que el Prado cuenta ahora con varias muestras.

"Queremos que se vea el Hermitage sin interferencias", sostiene Finaldi. "De ahí que no mezclemos la exposición con obras del Prado... Eso sí, hay muchas correspondencias que los visitantes podrán hacer, ir de nuestras colecciones a las de la pinacoteca rusa creando un enlace de miraradas mutuas". De este modo se recorren, en artes plásticas, casi cinco siglos de pintura y escultura. De los maestros italianos hasta las vanguardias históricas, algo así como un proceso extraordinario donde se cruza la historia de Rusia, la codicia zarista, los sueños de la revolución, los fracasos del totalitarismo... Y todo eso también da sentido, explicación, forma y leyenda a estas colecciones. Un despliegue que nunca antes había desembarcado del mismo modo fuera de San Petersburgo y que responde al préstamo de obras de la colección del Prado que se exhibieron en el Hermitage desde el pasado mes de febrero y que visitaron más de 600.000 personas.

La suma de Prado y Hermitage va a suponer, durante cuatro meses, la confección de la nave nodriza del arte occidental. Suena con demasiado tronío, pero así es.

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La reina Sofía ha inaugurado este lunes la exposición "El Hermitage en el Prado", que ha traído a Madrid una selección de casi 180 tesoros procedentes del museo de San Petersburgo.

En un acto en el que estaba previsto que acudiera también el rey Juan Carlos, quien ha suspendido sus actividades oficiales públicas programadas para este lunes por recomendación de los médicos, doña Sofía ha estado acompañada por la ministra de Cultura, Ángeles González Sinde; por el embajador de Rusia, Alexander Kuznetsov, y por la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre.

Atenta a las explicaciones del director adjunto del Hermitage de San Petersburgo, Georgy Vilinbakhov, la reina contempló las vitrinas en las que se exhiben algunos de las principales piezas de la Colección Siberiana de Pedro I, formada por artículos de oro de los nómadas de Eurasia, como el "Peine con escena de batalla" de finales del siglo V a.C..

Doña Sofía se detuvo ante los espectaculares trabajos de la colección de orfebrería griega del Hermitage, como la magnífica "Diadema con nudo de Hércules".

Junto a Francisco González, presidente de la Fundación BBVA, y Charo Otegui, presidenta de Acción Cultural Española, instituciones que patrocinan la exposición, la reina Sofía también estuvo acompañada en el recorrido por el presidente del Patronato del Museo del Prado, Placido Arango; el director del museo, Miguel Zugaza, y el ministro ruso de Cultura, Alexander Avdéyev.

Gabriele Finaldi, director adjunto del Museo del Prado y comisario de la exposición junto a Sviatovslav Savvateev, del Hermitage, explicó detalladamente a la reina algunas de las pinturas más importantes de los grandes maestros que han viajado desde el museo ruso, uno de los más grandes y espectaculares del mundo.

Tras contemplar las pinturas de Lorenzo Lotto y Veronés, el "San Sebastián" de Tiziano o "El almuerzo", de Velázquez, la reina posó delante de una de las obras más atractivas del recorrido "Tañedor de laúd", la única pintura de Caravaggio que permanece en Rusia.

Gabriele Finaldi explicó a doña Sofía detalles de la escultura "La Magdalena penitente" de Antoni Canova, del que el Hermitage atesora la colección más grande del mundo, y a continuación la comitiva se trasladó a la planta superior del museo, en la que se exhiben las obras de los grandes maestros del siglo XX.

Picasso y Matisse son el centro de este espacio en el que se expone una selección de la gran colección de maestros impresionistas del Hermitage con obras de Renoir, Monet o Gauguin, así como pinturas de Cézanne o Rousseau.

Para finalizar el recorrido, doña Sofía posó delante de "Composición VI" de Kandinsky, que se exhibe junto a "Cuadrado negro" de Malévich.

Organizada en el marco del Año Dual España-Rusia 2011, la exposición podrá visitarse todos los días de la semana hasta el 25 de marzo de 2012