Blogia
Blog de Miguel Angel Rodriguez y Urosa

Piranesi del buril al diseño moderno

Es una arquitectura de la imaginación, desprendida de matemáticas y leyes físicas. Son los espacios impulsados por lo que Marguerite Yourcenar denominó un «cerebro negro». Un infinito de escaleras entrecruzadas que preceden a las Escher, pero más oscuras, lastradas de un barroquismo mayor y despojadas de ese divertimento inocentón, esa amabilidad tan de cómic y entretenimiento que posee la obra del alemán. Los infiernos carcelarios de Giambattista Piranesi (1720-1784) provenían de la invención propia, del submundo de la consciencia –que es un reino habitado por los diversos monstruos de la fantasía–, y, quizá también, el bestiario callejero que le imprimió en la retina su Venecia natal, que siempre ha sido una urbe laberíntica, con algo siniestro, como la Praga de Kafka.

Incansable
La sede de CaixaForum en Madrid ha reunido 250 grabados originales de este artista para mostrarlo al público desde una arista original: la del creador moderno, la de un espíritu comprometido con su oficio, la del innovador y no sólo la de un paisajista con buril. Igual que un prisma compuesto por una multitud de ángulos, esta exposición recorre sus facetas de arquitecto, grabador, anticuario, vedutista y diseñador. Una polifonía de inquietudes que abordó sin complejos a lo largo de su vida.

Su trabajo comenzaba con la observación, como prueban sus series «Antichità Romane» –que han dejado la imagen de esa Roma devorada por el tiempo, el abandono y la decadencia a través de sus principales monumentos–, y «Vedute di Roma», que enseñaban calles y escenas de la ciudad eterna. El montaje de la exposición ha traído una apuesta por actualizar este fondo y ha puesto los paisajes del grabador junto a las fotografías de Gabriele Basilico, que ha viajado a los mismos lugares para cotejar cómo permanecen hoy, qué evoluciones y cambios ha incorporado el desarrollo urbanístico o la conservación arqueológica.

También han abordado la serie de «Carceri d’invenzione», ese capricho arquitectónico que procede de un recodo interior, desde la exhibición de la obra y desde la proyección de esos espacios inventados en tres dimensiones a partir de su recreación digital en un vídeo. Una manera para penetrar en esas visiones subterráneas. Piranesi, de carácter inquieto, llamado por mil vocaciones, trabajó también la arquitectura real a través de la transformación de la iglesia de Santa María del Priorato (Roma), de la que aquí se presenta su proyecto y una maqueta; o su predisposición por el diseño, que aquí cuenta con una amplia representación. Se le ha achacado a Piranesi la imposibilidad de realizar los objetos comunes. Pero este montaje se ha propuesto refutar esa idea y, gracias al esfuerzo de Adam Lowe y Factum Arte, descubrimos las claves de la Modernidad y la Antigüedad que aunaban estas piezas a través de la recreación, que aquí puede contemplarse de, por ejemplo, su famosa cafetera de plata, que está inspirada en las espirales de un caparazón. Junto a ella se pueden admirar dos trípodes, una chimenea o unos candelabros.


El detalle
OBJETOS IMPOSIBLES

Piranesi coincidió en el siglo con Étienne-Louis Boullée –su cenotafio de Newton es de 1784 – y Claude-Nicolas Ledoux, que también fueron inventores de imposibles. Todos ellos trabajaron una arquitectura que desafiaba la gravedad y las posibilidades constructivas de su siglo. Sus sueños, libres de las cadenas de la materialidad, proporcionaron espacios jamás creados con anterioridad. Una mitología de naves, iglesias y tumbas que pertenecen al orbe de lo visual y lo irrealizable.

0 comentarios