Felix Baumgartner se ha convertido en el primer humano en romper la barrera del sonido
El austríaco Felix Baumgartner se ha convertido en el primer humano en romper la barrera del sonido en una caída libre desde 36.576 metros. Después de que el pasado martes se suspendiera la misión por el fuerte viento, el piloto ha ascendido en globo a la estratosfera, se ha lanzado al vacío y ha conseguido aterrizar con éxito.
Los cálculos de la misión preven que ha roto la barrera del sonido en los primeros 40 segundos de caída libre, cuando ha acelerado en ese espacio de tiempo hasta 1.173 kilómetros por hora.
Baumgartner ha logrado controlar el descenso y evitar caer en barrena, lo que le podría haber llevado a perder la consciencia o sufrir una hemorragia cerebral en caso de girar de forma descontrolada. La caída libre de Baumgartner ha sido de cuatro minutos y 19 segundos, por lo que no ha podido romper el récord anterior, de cuatro minutos y 36 segundos.
Tras varias horas de retraso por el viento en Roswell (Estados Unidos), el globo que arrastraba la nave en la que viajaba el aventurero partió a las 17.29 (hora peninsular española) y tardó alrededor de dos horas en alcanzar la altura desde la que se ha lanzado.
Horas antes, Baumgartner se enfundó su traje presurizado, que le protegía de las temperaturas de hasta 70 grados bajo cero que se registran en la estratosfera, y aclimatará su cuerpo antes del lanzamiento. Además de ofrecerle oxigeno, la cápsula y el traje le resguardaban de una presión tan baja que le causaría irreparables lesiones internas.
El aventurero austríaco, que se prepara desde hace cinco años para esta misión, ha logrado batir tres de los cuatro récords que se había propuesto: ser el primero en superar la velocidad del sonido (más de 1.100 kilómetros por hora) sin ayuda mecánica; en realizar el salto con paracaídas desde más altura y subir en globo al punto más alejado de la tierra. El único que no ha logrado ha sido el de protagonizar la caída libre más larga (unos cinco minutos y medio).
"Queremos extender los límites de la humanidad un poco más", dijo Baumgartner horas antes de comenzar el desafío, arropado por su familia y amigos llegados desde Austria.
Mensajes de apoyo
También relató que las muestras de ánimo de todo el mundo son un acicate para seguir adelante. "Todos los días recibo mensajes de personas de todo el mundo. Uno de ellos, un niño de 13 años que lucha contra el cáncer, me dijo: 'La forma en que has seguido adelante con este proyecto me da fuerzas para mi propia batalla'. Todos estos mensajes son una gran motivación", confesó.
El globo tripulado que se empleó es el más grande que se haya empleado jamás, y llega a medir hasta 180 metros de altura en una de las fases de la ascensión. Se trataba del único de reserva, por lo que de utilizarse y fallar, el proyecto tendría que haber sido cancelado hasta dentro de varios meses, ya que no se puede volver a emplear una vez desplegado.
La película sintética que conforma el globo es muy delicada, ya que el plástico en el que está fabricado es de apenas 0,002 centímetros de grosor, diez veces más delgado que las bolsas de plástico que se utilizan para congelar alimentos.
Los diez operarios que lo manipulan usan guantes de algodón para no dañarlo, y una vez desplegado no puede volver a utilizarse.
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