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Blog de Miguel Angel Rodriguez y Urosa

Museo del Prado presenta al retratista Ingres

Museo del Prado presenta al retratista Ingres

La acuosa mirada de La gran odalisca conquistó ayer a la Reina Letizia, durante la inauguración oficial de la exposición dedicada a Jean-Auguste Dominique Ingres (1780-1867), en el Museo del Prado, que abre desde hoy al público hasta el 27 de marzo.

Más de 60 cuadros y dibujos componen la primera monográfica del pintor francés en nuestro país (del cual no se conservan obras en las colecciones públicas españolas), clave para entender el arte del siglo XIX y su posterior influencia en los movimientos del siglo XX. Los comisarios Vincent Pomarède, del Louvre, museo que ha colaborado con importantes cesiones para la muestra, y Carlos González Navarro, han guiado a doña Letizia por el recorrido cronológico-temático, informa Efe.

Según explicó Miguel Zugaza, director del Museo del Prado, en la presentación, Ingres es el "modernizador de la tradición clasicista y el renovador de la tradición del siglo XIX". Por su parte, Miguel Falomir, director adjunto de conservación del Prado, añadió que "las exposiciones temporales tienen que paliar las carencias de la colección permanente", y destacó la calidad extraordinaria de las piezas y la influencia en artistas posteriores, como Federico de Madrazo, Picasso y Salvador Dalí.

Lo que sabemos de Ingres es que estaba fascinado por Rafael y que en pos de su maestro, engrandeció los géneros del retrato, el desnudo y la pintura histórica. "No fue un artista estático, académico o frío, a pesar de las apariencias, sino que era alguien apasionado", señaló Pomarède. "Busca todas las novedades y es original, abordando corrientes de su época como el romanticismo, realismo o neoclasicismo".

 

Ingres, con un carácter fuerte que le llevaba a enemistades con otros artistas como Eugène Delacroix -"se odiaban", según Pomerède-, tuvo a lo largo de su carrera una "relación muy fuerte" con la corriente neoclásica, tras su paso por la escuela de Jacques-Louis David. "Para él, Rafael era Dios", matizó.

Entre los primeros retratos oficiales de Ingres están los de Napoleón Bonaparte,La señora RiviéreLa señora Aymón y el magnífico retrato psicológico deNapoleón I en su trono imperial. Según Pomarède, muy a su pesar, Ingres se convirtió en el retratista de moda. "Tiene encargos del poder siendo muy joven, lo que va a retrasar su viaje a Italia".

Pese a que es reclamado una y otra vez para retratar a la adinerada burguesía parisina, lo que él persigue continuamente es la pintura histórica, los mitos y el exotismo de Oriente. Algunas de sus obras maestras están relacionadas con estos temas, como el cuadro Edipo y la esfinge, que significa la renovación del estilo antiguo en cuanto al modelo tradicional del desnudo masculino.

Una de sus piezas más conocidas, La gran odalisca (que ha salido muy pocas veces del Louvre), representa su interés por renovar el desnudo para lo que utiliza el recurso de las mujeres cautivas, por las que siente fascinación. Atadas de pies y/o manos, con la piel marmórea y posturas poco ortodoxas, el pintor aborda en sus cuadros una nueva concepción de la representación del cuerpo humano. "Los grandes desnudos de Ingres son obras musicales", señala el comisario francés. Muchas de las críticas que recibió tuvieron que ver, de hecho, con su apuesta por renovar los desnudos, en especial el femenino. "Sentía un deseo de renovar el género, inventando otras posturas y con una nueva concepción del cuerpo humano, más basado en la luz y el movimiento", señaló Pomarède.

El segundo gran interés del artista son los poemas neorrománticos que leía Bonaparte. Ingres entiende el interés de este tema y pinta un gran cuadro: El sueño de Ossian, del museo de Ingres en la localidad francesa de Montauban. Precisamente, de la colaboración con este museo en la exposición ha surgido un nuevo proyecto que tendrá lugar el próximo 4 de diciembre, con la presentación en Montauban de una selección de 11 obras de sus colecciones para mostrar un recorrido por el retrato en España (del Greco a Sorolla).

De su estancia en Italia, Ingres deja como testigos las obras incardinadas en la tendencia troubadour, obras de tamaño más pequeño y cierto regusto de escuela holandesa y melancolía por el pasado, que reflejan escenas ambientadas en las cortes europeas de la Edad Media.

En vista de que la pintura histórica nunca colmaría sus aspiraciones, a su regreso de Italia Ingres se dedica a profundizar en el retrato, contrastando la sobriedad de los masculinos con el afán decorativo y meticuloso de los femeninos.

Cultivó todos los géneros, también la pintura religiosa, donde su amor por Rafael se hace aún más patente. Juana de Arco en la coronación de Carlos VII en la catedral de ReimsLa Virgen adorando la Sagrada FormaJesús entre los doctores... Dan una idea del gusto del artista por la monumentalidad arquitectónica.

En el mismo plano creativo que los desnudos suntuosos de su última época estáEl baño turco, inspirado por un relato dieciochesco, en el que describe cómo unas mujeres se acicalan para la boda de una de ellas. "Le interesa crear un ritmo pictórico dentro del cuadro que tiene una parte musical. Es la destrucción y reconstrucción de la forma", señalan.

 

Museo Ingres

El pintor Jean-Auguste-Dominique Ingres nació en Montauban en 1780, el artista lega gran parte de sus obras a su ciudad natal y a consecuencia de este legado la municipalidad decide crear el museo Ingres que desde 1911 ocupa el edificio del antiguo palacio episcopal.

Lo más destacado de la colección se puede ver en las salas de la primera planta donde se presentan las obras de Ingres. Podemos disfrutar de las grandes composiciones que reflejan la influencia de la antigüedad y de Rafael, así como las obras de los inicios de su carrera realizadas en el taller de David o en la Academia de Francia en Roma.

El museo Ingres desempeña un relevante papel en la ciudad de Montauban, con el objeto de modernizar sus instalaciones y servicios se va a llevar a cabo una ampliación a partir del año 2017 para poder convertirlo en un museo del siglo XXI.

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