La Feria del Libro vuelve el día 10 con 320 casetas y un aforo de 3.900 personas
Tener que suspender una cita con la capital cuya historia se remonta al año 1933 fue «un desgarro». Esa es la palabra que escoge Manuel Gil, director de la Feria del Libro de Madrid, a la hora catalogar la de 2020, que no pudo ser. Al mismo tiempo, habla de «defender la alegría» al referirse a la octogésima edición o, lo que es lo mismo, a la que la Comisión Organizadora integrada por editoriales, distribuidoras y librerías ha bautizado como «la edición del reencuentro». Que, tras una larga espera, la Feria del Libro de Madrid vuelve al Retiro.
Menos recorrido, mismas casetas
Este año, los visitantes de la Feria del Libro de Madrid tendrán que conformarse con los 440 metros del paseo de Coches al suprimirse el tramo del habitual recorrido que va desde la Puerta de Madrid hasta el paseo de Venezuela del parque. «Dado que por motivos sociosanitarios sabíamos que tendríamos que evitar las aglomeraciones, necesitábamos un recinto susceptible de ser acotado y vallado, lo que resultaba imposible en los 700 metros anulados por tener muchísimas entradas y salidas a derecha e izquierda, es decir, hubiera sido inviable técnicamente y económicamente costosísimos», explica Manuel Gil. No obstante, apunta, esto no repercutirá demasiado en el número de casetas participantes, que se cifran este 2021 en 320 frente a las 361 del año pasado, y sigue aclarando: «Las que faltan son aquellas librerías cuyo modelo de negocio se basa en la venta de libros de texto y que, siendo septiembre, no nos han querido acompañar».
Menos aforo, más seguridad
Como se viene comunicando desde febrero, el aforo del recinto de la feria estará limitado al 75%, esto es, un máximo de 3.900 personas a la vez. Y aunque no hay duda de que esto será un inconveniente para un encuentro cultural y literario capaz de atraer a más de dos millones de lectores y lectoras, el director de la Feria del Libro de Madrid se mantiene positivo: «Este será un aforo dinámico, con lo cual, si hay una renovación del público cada hora, que es el tiempo medio de visita que calculamos, podremos contabilizar entre 35.000 y 40.000 asistentes diarios, y eso multiplicado por los 17 días que dura la feria da muy buena cifra».
En cuanto a cómo se llevará a cabo el control de aforo, se establecerán dos accesos al recinto vallado, uno al principio y otro al final del paseo de Coches, y en ambos habrá personal de seguridad. No habrá que hacer ninguna reserva previa para acudir a la feria, pero, a través de su página web y de sus redes sociales, la Comisión Organizadora informará casi a tiempo real de la concurrencia.
Menos colas, más compras
Para Manuel Gil, no hay mal que por bien no venga: «Si otras años cuando se juntan 30.000 visitantes en el recinto se forman colas de 300 personas, quiere decir que estas representan apenas un 1% del total, o sea, que si ahora bajamos ese número a 3.900, como mucho, se formarán esperas de 40 aficionados». Esto significa que quienes asistan a la Feria del Libro 2021 podrán comprar más cómodamente: «Por los mensajes que nos mandan los lectores, tenemos la sensación de que la pérdida de aforo se compensará económicamente con las compras de esos que han ido acumulando títulos y que acudirán a la feria con listas de deseos», presagia el director recordando que, hasta aquí, tan solo entre el 20 y el 25% de los visitantes de la feria adquieren un ejemplar.
Y lo mismo ocurrirá con las firmas de libros, porque las habrá, de hecho, ya hay más de 1.000 confirmaciones: «La gente va a poder dialogar como siempre con los autores y autoras, incluso, va a poder hacerse una foto con ellos, eso sí, sin pegarse demasiado», afirma orgulloso Gil.
Por último, hay que sumar a estos cambios las medidas de higiene ya más que habituales, como explica el organizador: «Aunque la feria se celebre al aire libre, pedimos que se acuda con mascarilla por si no se pudiera garantizar la distancia de seguridad en algún momento, pero, en principio, no es una imposición, como tampoco lo es la recomendación de pagar con tarjeta de crédito».
¿Que si alguien se quedará sin vivir este reencuentro con las letras? «Pues podría ser», lamenta Manuel Gil, «pero ya será mejor que la de 2020».
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