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Blog de Miguel Angel Rodriguez y Urosa

Casa de la Villa

Casa de la Villa Desde que el Ayuntamiento madrileño trasladó su sede -y casi 700 funcionarios- al Palacio de Cibeles, el pasado 5 de noviembre, la Casa de la Villa se ha quedado casi vacía y desangelada. Muchos madrileños se preguntan qué pasará en el futuro con el que ha sido, históricamente, el emplazamiento del Gobierno local casi desde que la capital existe. Los responsables del municipio ya tienen planes: la Casa de la Villa y la de Cisneros se restaurarán y transformarán en museos de la ciudad, abiertos al público.

Se trata de abrir un apéndice del Museo de la Historia -antes Museo Municipal-, que tendrá como escenario estos dos edificios y la plaza en que se asientan. Allí, en el lugar donde nació el municipalismo madrileño, los ciudadanos podrán ver y revivir la historia del Ayuntamiento, en los mismos escenarios en que ésta se ha desarrollado.

El traslado de los funcionarios y las instalaciones de la Alcaldía, la Vicealcaldía y otras áreas al Palacio de Cibeles ha dejado desiertos muchos despachos en la Casa de la Villa, la de Cisneros y el anexo Palacio de Cañete -en la calle Mayor, número 69-. Y más vacíos aún estarán estos edificios cuando termine de construirse el nuevo salón de plenos que ahora se levanta en el interior del Palacio de Cibeles, y que estará listo, según las previsiones, en la primavera del año 2009.

Aprovechando la disminución de la carga administrativa, el Gobierno local iniciará una cadena de obras de reforma que comenzarán por el Palacio de Cañete, y proseguirán por la Casa de la Villa y la de Cisneros cuando el primero esté terminado y el nuevo salón de plenos ya sea operativo.

Muchas áreas municipales se verán inmersas en este proceso de recuperación histórica de la Primera Casa Consistorial: Las Artes, Hacienda, Urbanismo... La idea es asociarlo como una sección del Museo de Historia Municipal -antes Museo Municipal, en el edificio del antiguo Hospicio, en la calle Fuencarral-. Y mostrarlo: se irá abriendo al público paulatinamente, y contará con algunas salas -las menos interesantes desde el punto de vista histórico- para mostrar audiovisuales. Será parecido a un centro de interpretación de la historia de la ciudad.

Tapices, frescos y cuadros

Ambos inmuebles, y especialmente la Casa de la Villa, tienen un enorme patrimonio artístico: tapices flamencos -algunos con cartones de Rubens-, frescos de Palomino -en la capilla-, y pinturas de gran valor. La mayor parte de ellos están ya restaurados; quedará por realizar alguna intervención arquitectónica para recuperar las trazas originales.

Por ejemplo, en el Patio de Cristales: esta estancia, en origen, no tenía suelo en la planta que da acceso al salón de plenos, sino que era un espacio diáfano desde la planta baja, la que ahora ocupa el Registro General del Ayuntamiento. Posteriormente, se le puso un suelo de cristal que fue sustituido, en el siglo XX, por el que actualmente tiene. Es intención del Gobierno local hacer desaparecer ese suelo, y devolver al patio su doble altura primitiva.

De puertas a balcones

La entrada al salón de plenos cambiará: las actuales puertas al Patio de Cristales se convertirán en balcones que permitirán, desde un deambulatorio en torno al mismo, observar la zona central. Pero además de la recuperación de la traza original, también habrá que resolver un importante problema: el de la accesibilidad al conjunto. Los arquitectos municipales deberán encontrar una fórmula que combine la protección del edificio -toda la plaza está declarada Bien de Interés Cultural- y la necesidad de hacerlo «visitable» para personas con dificultades motoras.

Empezar por Cañete

Los planes municipales contemplan iniciar en 2008 las obras en el palacio de Cañete -prácticamente vacío tras la mudanza de instalaciones a Cibeles-. Una vez se finalice el nuevo salón de plenos en el Palacio de Correos, -mediado el año 2009-, podrán comenzarse las obras en las Casas de la Villa y de Cisneros. Calculan que estarán finalizadas para el final del presente mandato. Y a las visitas guiadas y la recuperación del patrimonio histórico y artístico, se le unirá la utilización de este conjunto como escenario de actividades culturales dedicadas a la historia de la ciudad. El Instituto de Estudios Madrileños, por ejemplo, podrá contar con instalaciones para organizar conferencias. Y también se prevé que los cronistas de la Villa cuenten con un espacio para reuniones.

La Plaza de la Villa y su entorno concentran gran cantidad de edificaciones con uso municipal: además de la primera Casa Consistorial, en la misma zona está -en plena restauración- el inmueble de Mayor, 72, la «cuarta fachada» de la plaza de la Villa, que albergará la junta de Centro; se ha rehabilitado Mayor 73 - edificio de los grupos municipales-, Mayor 83 -por la empresa municipal Madrid, Espacios y Congresos-, y el edificio de Sacramento 5, a espaldas de la Casa de la Villa. En breve abrirá el Centro de Las Artes del Libro, una nueva biblioteca sobre Madrid situada sobre lo que fuera casa de Iván de Vargas, también a espaldas del antiguo Consistorio madrileño.

Origen local

La historia del Ayuntamiento de Madrid está unida, desde casi su nacimiento, a la plaza de la Villa. Entonces no se llamaba así, pero en ese punto geográfico se celebraban las primeras reuniones del concejo abierto de Madrid, en el atrio de la iglesia de San Salvador, que estaba justamente en la esquina de esa plaza -entonces con otro nombre- y la calle Mayor. El templo se arruinó y, en su reconstrucción, se construyó una sala de reuniones que era la utilizada por el concejo.

Con la llegada de la Corte a Madrid -primero en 1561, y definitivamente en 1606-, el concejo compra una casa en la plaza, la de Juan de Acuña, para poner allí su primera sede estable: sería la Casa de la Villa. Sus planos los dibuja Gómez de Mora -sustituto de Juan de Herrera- en 1644, pero el edificio no se termina hasta 1695, nada menos que 51 años después, y en este tiempo pasa por las manos de varios arquitectos: José de Villarreal, Alonso Carbonell, Juan de Villanueva y Teodoro Ardemans.

Por su parte, la Casa de Cisneros -donde hasta el pasado mes se encontraba el despacho del alcalde- data de 1537. En su origen, la fachada a la plaza de la Villa era en realidad el acceso trasero que daba entrada a las cuadras y los corrales. Es de estilo plateresco y fue construida por Benito Jiménez de Cisneros, sobrino del cardenal del mismo nombre. A partir de 1909, se convirtió en propiedad municipal -para ampliar la Casa de la Villa, que se había quedado pequeña-. Y en 1915 se construyó el pasadizo elevado que une ambas edificaciones.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                               

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