Inagurado nuevo Palacio de Cibeles
El alcalde, Alberto Ruiz-Gallardón, ha arengado esta mañana a los ciudadanos para que visiten y participen en el último proyecto estrella que le quedaba por inaugurar: el Palacio de Cibeles.
Las obras de rehabilitación del emblemático edificio se han prolongado seis años, han costado 124,5 millones de euros y han sido el caballo de batalla de la oposición que ha criticado el abultado presupuesto del "despacho del alcalde", pero esta mañana todo eran felicitaciones.
El Palacio se inaugura con unas jornadas de puertas abiertas que se prolongarán hasta el 27 de julio y en las que además de recorrer los 18.500 metros cuadrados que se destinarán a proyectos culturales, el visitante podrá pasearse por las dos exposiciones que, de momento, son las únicas que visten el imponente edificio.
"Ya está el continente, ahora solo falta el contenido", comentaba el alcalde que ha insistido en la idea de que sea el ciudadano el que aporte la personalidad al nuevo espacio. La idea es acoger en las inmensas salas remodeladas varias exposiciones internacionales que conviertan el antiguo Palacio de las Telecomunicaciones en visita cultural imprescindible.
La primera exposición, comisariada por el estudio Arquimática, responsable también de la rehabilitación del inmueble de 1904, recorre el pasado del edificio y los trabajos de rehabilitación. "Un desafío técnico", según los arquitectos del proyecto que han trabajado contrarreloj para inaugurar a tiempo su obra. De hecho, aún podían verse las marcas de las prisas: suelos sin pulir, pantallas táctiles cubiertas de polvo o la limpieza apresurada de las vidrieras.
La segunda exposición 'Habitantes y paseantes', que aguarda al visitante en una sala oscura, está comisariada por el periodista y fotógrafo Chema Conesa y muestra el patrimonio pictórico de la ciudad en fotos fijas sobre soportes luminosos. Son pinturas que habitan en el Paseo del Arte, el eje cultural al que aspira unirse el Palacio de Cibeles, concretamente en el Museo Nacional del Prado, en el Thyssen- Bornemisza o en el Reina Sofía y que se exponen con la luz como protagonista.
La exposición de Conesa, en la que participan el fotógrafo Juan Manuel Castro y el artista Manuel Vázquez, acoge también el VideoMatón, un juego de animación en el que uno puede fundir sus facciones en la cara de Napoleón, de La Gioconda o de Rembrandt. El jugador se planta ante una cámara de vídeo que grabará su rostro para que, "intuitivamente", se mezcle con la ilustre cara que más se asemeje a la del visitante.
También hay lugares que no necesitan vestirse con cuadros. El mirador será, sin duda, uno de los espacios favoritos del visitante y del turista desde donde podrá inmortalizar la vista panorámica de la plaza de Cibeles y de la calle de Alcalá de la que disfruta el alcalde todos los días.
"Lo hicimos porque no sabíamos que era imposible". La cita de la delegada de las Artes, Alicia Moreno, indiscutible protagonista durante la inauguración ilustraba al final del acto los quebraderos de cabeza que han traído las obras del Palacio, obra del tandem de arquitectos Palacios-Otamendi.
"La rehabilitación ha sido un reto técnico", ha dicho Gallardón durante su discurso. "Ha sido necesario prepararlo para uso cultural, adaptarlo a la exigente normativa que tenemos en seguridad e implantar instalaciones sostenibles".
Eso además de las complicaciones arquitéctónicas con las que se han ido encontrando los arquitectos es lo que ha supuesto la aprobación de varias partidas presupuestarias hasta duplicar las previsiones iniciales.
Guía práctica
El edificio permanecerá cerrado los lunes (excepto mañana), pero de martes a domingo se abrirá al público de diez de la mañana a ocho de la tarde.
Se accede al Palacio desde la Plaza de Cibeles y se podrán visitar las exposiciones de las plantas 1 y 2: Habitantes y paseantes y el Palacio de Cibeles, las muestras principales del Palacio.
En las plantas 3, 4 y 5 puede recorrerse la instalación fotográfica de Muller-Campano: proceso de rehabilitación del Palacio de Cibeles y en la primera planta del sótano el auditorio, que aspira albergar música de cámara para casi 300 espectadores.
La guinda de la visita aguarda en la octava planta, en el mirador de la torre, el lugar perfecto para fotografiar un paisaje que permanecía escondido para los madrileños.
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