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Reflejos de Oriente

Siete mujeres investigadoras de Madrid lo han conseguido: su trabajo de hormiguitas especialistas en Asia ha visto la luz. Una luz tenue y delicada, en la sala de bóvedas del Centro Cultural Conde Duque, ilumina a partir de hoy el viaje y la fascinación por mundos exóticos y lejanos en la exposición Orientando la mirada. Reúne 150 piezas, organizadas con un punto de vista histórico, artístico y antropológico, que muestran la singularidad de Oriente y la atracción que ha provocado en Occidente a lo largo de los siglos.
"Algunos objetos se muestran por primera vez", dice la directora
Grabados, mapas, figuras de Buda, joyeros, un mantón, biombos, esculturas, miniaturas de adorno como los netsukes o los okimonos, cartas y poemas de agradecimiento y bienvenida (surimonos) tazas, platos... hasta un sagrario realizado en Japón con nácar, madera y madreperla... Objetos de arte y cotidianeidad asiática pasados también por el tamiz y el gusto de los occidentales: militares, comerciantes, religiosos. Gentes que descubrieron la magia de la porcelana, la seda o el marfil y que hacían de embajadores en su país de origen y de destino: China, Japón, Filipinas, Tíbet, Camboya, Tailandia, Indonesia, Myanmar... Los creadores de allá diseñaban a la moda de acá, al mismo tiempo que su singularidad de formas y colores se abría paso en el arte occidental.
Desde el siglo XVI, en España el arte asiático fue intercambiado, regalado y coleccionado. Como recuerda la exposición Orientando la mirada. Todos los objetos expuestos proceden de colecciones de arte madrileñas en museos y colecciones privadas. El Museo Arqueológico, el de Antropología, el Prado, el de Artes Decorativas, el Cerralbo, el Sorolla, la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando...
Las investigadoras que han preparado la muestra (a lo largo de dos años) han rescatado piezas asiáticas perdidas en un conjunto artístico o incluso almacenadas sin uso. Es el caso de unos thangka (tela ritual) tibetanos, procedentes de la colección Riviere, de un asianista francés afincado en España.
"Muchos de las objetos se ven por primera vez", dice Carmen García-Ormaechea. Ella dirige el Grupo de Investigación Complutense Arte de Asia, que aglutina en especialistas de distintos campus y centros. Pilar Cabañas, especialista en marfil japonés, es de la Complutense; Matilde Arias (Museo del Ejército) y María Román (Universidad Autónoma) son expertas en cerámica japonesa; en porcelana china lo es Cinta Krahe, de la Escuela de Arte y Antigüedades; del mismo centro es María Jesús Ferro, conocedora de arte Indio e Isabel Cervera (Autónoma) domina la pintura china. "Es una muestra de nuestro tesón", reconocen estas mujeres, que intercambian saberes desde los noventa y quieren que cunda el ejemplo de aglutinar obras orientales: "hay mucho arte asiático disperso por España".
Para enfocar su mirada hacia el Oriente, los visitantes del Conde Duque contarán con unas audioguías gratuitas.
Orientando la mirada. Centro Conde Duque. Conde Duque, 9 y 11. Hasta el 24 de mayo. Entrada libre. De martes a sábado, de 10.00 a 21.00. Domingos y festivos, de 10.30 a 14.30.
El sueño prerrafaelita entra en El Prado

En 1848, un grupo de jóvenes e idealistas artistas británicos decidió renegar de los conservadores dictados que marcaba la Royal Academy of Arts y buscó una renovación de la pintura inspirándose en los artistas primitivos italianos que precedieron a Rafael. John Everett Millais, Dante Gabriel Rossetti y William Holman Hunt fueron los puntales de la Hermandad Prerrafaelita, que dominó el arte británico de la segunda mitad del siglo XIX. Reivindicaban una nueva visión de la naturaleza y un regreso a la inocencia estética de artistas como Fra Angelico, su discípulo Benozzo Bozzoli o el gran Botticelli. El Museo del Prado acoge desde hoy una selección de pintura británica de la época victoriana procedente del portorriqueño Museo de Arte de Ponce, entre las que se encuentran dos obras maestras de esta época: El sueño del rey Arturo en Avalón, de Edward Coley Burne-Jones, obra cumbre de la última fase prerrafaelita, y el Sol ardiente de junio, de Frederic Leighton, que, sin estar vinculado al movimiento, es una figura clave del siglo XIX británico.
En total, 17 obras integran la exposición La bella durmiente. Pintura victoriana del Museo de Arte de Ponce -que cuenta con el patrocinio del BBVA- y representan un tipo de pintura que raramente puede verse en España, como señaló Gabriele Finaldi, director adjunto de Conservación del Museo del Prado. Es la primera vez que las piezas, con la excepción de una de ellas, se exponen en una institución española.
Los mitos europeos, las fábulas o la fascinación por lo clásico desfilan en una exposición en la que el sueño, lo onírico, se impone como tema. El sueño, explicó Finaldi, se convierte en símbolo de introspección, de un ansia de evasión de la realidad, de una metáfora de la muerte. El sueño del rey Arturo en Avalón, la última obra que realizó Burne-Jones -y que dejó inacabada- resume la fascinación de los prerrafaelitas por la leyenda artúrica: Arturo, mortalmente herido tras la última batalla contra Mordret, ha sido llevado por tres reinas mágicas hasta la isla mágica de Avalón, donde permanecerá en un ensueño hasta que su presencia sea requerida de nuevo en la tierra. Años antes, Burne-Jones había explorado esa cualidad ambigua del sueño como frontera con la muerte en la serie El rosal silvestre, cuyo tercer óleo, La bella durmiente, da título a la exposición. Se inspira en la fábula de Perrault que en el siglo XIX recogiera Alfred Tennyson en su poema The day dream (El sueño del día).
La muestra recorre las principales obsesiones de los prerrafaelitas. En La huida de una hereje, de Millais, el que más éxito cosechó en vida, el artista usa una escena histórica imaginada para universalizar los sentimientos de individuos corrientes atrapados en situaciones que escapan de su control. Léhon desde Montparnasse, Bretaña, de Thomas Seddon, es un buen ejemplo de la "fidelidad a la naturaleza" que, recordó Finaldi, se convirtió en frase programática de los prerrafaelitas. Un principio que Holman Hunt siguió hasta el final de sus días, tal y como muestra el retrato de su hija Gladys que realizó entre 1893 y 1894. En La viuda romana (Dîs Manibus), Dante Gabriel Rossetti toma un tema clásico para pintar uno de los retratos de enigmáticas mujeres que realizó en la década de 1860, "mujeres de belleza particular", señaló Finaldi y que permitieron acuñar el término de "belleza prerrafaelita".
Madrid recobra una innovada casa-museo Lope de Vega

Madrid recobra desde hoy una innovada casa-museo, la misma que perteneció al poeta y universal dramaturgo Lope de Vega (Madrid, 1562-1635). Está situada en la calle de Cervantes del Barrio de las Letras. Su apertura surge después de ocho meses de obras de rehabilitación y conservación. Se han saneado y restaurado su huerto-jardín y todas sus estancias interiores, distribuidas en 250 metros cuadrados de superficie en tres plantas con oratorio, alcobas, cocina y el estudio del dramaturgo. En este mismo recinto tuvo Lope de Vega su hogar durante los últimos 25 años de su vida. En él escribió algunas de sus mejores obras, como La Dorotea o Arte de hacer comedias, publicada ahora hace cuatro siglos. Y residió con una de sus esposas, Marta de Nevares, y con algunos de sus numerosos hijos, habidos de distintos matrimonios y amoríos. Igualmente, Lope de Vega misó en su oratorio en su condición de sacerdote, ministerio adquirido en 1614, en la fase postrera de su vida. La casa data de 1578. Era propiedad de un tal Juan Pérez. Lope la compró por 9.000 reales y la habitó desde 1610 hasta 1635.
El escenario cultural recién rehabilitado conserva el aura de la época del Siglo de Oro de las Letras españolas, si bien reinterpretado con criterios de 1935, cuando de la casa se hizo cargo la Real Academia Española (RAE) por cesión de Antonia García, viuda de Cabrejo, que otorgó a la institución académica el patronato de una fundación, por ella constituida, para instalar en el recinto un Museo de Lope de Vega.
Cuadros del Prado
La traza de la hoy casa fue recuperada entonces gracias a los arquitectos Pedro Muguruza y Emilio Moya, y su ambientación literaria, histórica y mobiliaria, hoy conservada, se debe a Emilio Cotarelo, Américo Castro, Ramón Menéndez Pidal, Agustín González de Amezúa, entre otras personalidades de la cultura española. Las estancias del edificio están decoradas con numerosos cuadros, algunos procedentes del museo del Prado y del convento de las Trinitarias; el mobiliario fue cedido por el Museo de Artes Decorativas; y los libros, coetáneos del gran vate madrileño, han sido brindados por la Biblioteca Nacional.
La Comunidad de Madrid asume a partir de ahora, junto con la RAE, la programación cultural de la casa-museo de martes a domingos, entre diez de la mañana y tres de la tarde, que se integrará en los principales recorridos culturales y turísticos de Madrid. Así lo subrayó la presidenta del Gobierno regional, Esperanza Aguirre, que reinauguró ayer la casa-museo en compañía de Víctor García de la Concha, director de la Real Academia Española, y de Santiago Fisas, consejero de Cultura y Turismo del Gobierno regional.
El propósito de esta dinámica cultural persigue resaltar la literatura, la dramaturgia españolas del Siglo de Oro y la vida del llamado "Fénix de los Ingenios" quien, ya a los cinco años de edad, dictaba a otros niños madrileños sus poemas. Militar, amante, esposo y sacerdote, Lope de Vega fue un hombre apasionado, versificador excelso, que expresó en sus obras el empuje creativo de un talento asombroso que
transformaría en literatura imperecedera. Y ello en unos años en que el poema dramático era la lingua franca de la cultura universal y España detentaba su hegemonía en Europa.
Talleres literarios familiares
La innovada casa-museo se reabre al público con el estreno de un zaguán reordenado para acogida de público; una sala polivalente para conferencias y proyecciones; talleres literarios para familias, con programación dominical, recitales de poesía, cuenta-cuentos, teatro leído, conciertos, presentaciones de libros y una estela de actividades, que quedarán incorporadas a la Noche de los Teatros el 29 de marzo; a la Semana del Libro, del 21 al 26 de abril; y al Día Internacional de los Museos, del 8 al 18 de mayo.
La apertura de este escenario histórico se produce al culminar la rehabilitación acometida a partir del 1 de junio pasado por la Dirección General de Patrimonio Histórico y la Dirección General de Archivos, Museos y Bibliotecas de la Consejería de Cultura del Gobierno regional.
Las obras han afectado a las tres plantas del edificio, que incluyen un oratorio, alcobas, comedor, cocina, buhardillas y, sobre todo, el estudio del gran poeta y autor teatral. Todas estas piezas han recibido tratamiento de conservación y adecentamiento, además de desinsectación, micro-aspiración de textiles y enlucido de suelos y paramentos. La rehabilitaciòn se ha hecho con cargo del 1% Cultural para la ampliación del espacio público de la casa-museo, que ha aportado 299.216 euros procedentes de esta partida derivada del total de obra pública de la Comunidad de Madrid. El total invertido ha sido de 394.216 euros.
Catalogada como Bien de Interés Cultural con categoría de Monumento, la de Lope de Vega se incorpora así a un circuito cultural y turístico de casas-museo madrileñas que comprende, entre otras: la dedicada al pintor Joaquín Sorolla, en la calle de Martínez Campos, 37; la del Marqués de Cerralbo, Enrique Aguilera y Gamboa, en ventura Rodríguez, 17, en el arranque de la calle de Ferraz; la del prócer Lázaro Galdeano, en la calle de Serrano esquina a María de Molina; la del pintor Manuel Benedito, en Juan Bravo, 4 y la de José Padilla, en la de Fuente del Berro.
Casa-Museo Lope de Vega. Cervantes, 11. Martes a domingo, de 10.00 a 15.00. Entrada gratuita. Lunes cerrado.
CaixaForum saca ‘El Pensador’ de Auguste Rodin a la calle

Puerta de Sol y Fuencarral volveran a ser de los ciudadanos

En apenas seis meses la Puerta de Sol volverá a ser de los ciudadanos. El próximo fin de las obras del intercambiador que se ha construido bajo la plaza permitirá al Ayuntamiento empezar en abril las actuaciones para remodelar la superficie, que terminarán en octubre.
Con la nueva configuración prevista en el proyecto municipal se incrementará en un 57 por ciento el espacio destinado a los peatones; es decir, se pasará de 6.681 metros cuadrados a 10.466.
Así, el tráfico quedará reducido a la circulación que va desde la calle Mayor a la Carrera de San Jerónimo y al acceso limitado por la calle de Alcalá, según los estudios que ha realizado el área de Movilidad. Los peatones se «apropiarán» del resto de la superficie. Podremos ver, por tanto, una Puerta del Sol en la que los coches sólo contarán con una conexión de paso.
El Ayuntamiento estima que las obras, en las que se invertirán 4,6 millones con cargo al Fondo Estatal de Inversión Local, durarán 6 meses. El objetivo es poder conservar los pavimentos históricos existentes en el perímetro central y reutilizar lo adoquines actuales. Con todo ello se espera mejorar la accesibilidad.
El proyecto incluye también la reforma del primer tramo de Alcalá hasta su confluencia con Sevilla. En este tramo, que tiene una superficie de 5.652 metros cuadrados, se incrementará el espacio de las aceras y se pasará de los 2.474 metros cuadrados actuales a los 4.662, lo que supone un aumento del 88 por ciento. En esta zona se prevé la instalación de un nuevo mobiliario urbano.
Naturalmente la posibilidad de tener más espacio para el peatón viene dada por la reducción en la circulación de los coches. La intención del Ayuntamiento es permitir solo el paso de la línea 51 de los autobuses de la EMT, así como de los taxis que accedan a la nueva parada que estará situada antes de llegar a la Puerta del Sol y de los vehículos que salgan del parking de Sevilla.
Con estas limitaciones, además de aumentar la capacidad peatonal se intentará compatibilizar el tráfico de coches con el de bicicletas.
La remodelación de Sol se unirá a las últimas actuaciones realizadas por el Ayuntamiento en Montera y a las previsiones para Fuencarral y Callao. En la primera, como se recordará, se han invertido 1,5 millones de euros para peatonalizar el tramo entre las calles Aduana y Caballero de Gracia. Se ha incrementado en 1.127 metros cuadrados el espacio dedicado al peatón, es decir en un 40 por ciento, y se han sustituido 4.695 metros de pavimento.
En Fuencarral, por su parte, se peatonalizará, con 2,7 millones de euros, entre Gran Vía y Hernán Cortes. Al mismo tiempo, se remodelarán 10.631 metros cuadrados de los que el 91 por ciento serán para el peatón.El Ayuntamiento de Madrid comenzará las obras de peatonalización de la calle Fuencarral el próximo miércoles, en el tramo comprendido entre la Gran Vía y la calle Hernán Cortés.
Las actuaciones, cuyo presupuesto asciende a 2,7 millones de euros, dotarán de una nueva imagen a uno de los puntos de la ciudad más transitados por los peatones y formará parte del eje sin tráfico Montera-Sol-Arenal-Ópera-Plaza de Oriente.
De los 10.631 metros cuadrados sobre los que actuará el Ayuntamiento, 9.731 (el 91,5% de la superficie total) serán peatonales después de cuatro meses de obras.
El espacio estará dotado con 63 puntos de alumbrado público, 20 bancos y 168 árboles, de los que 30 serán de nueva plantación.
El tramo de Fuencarral que va desde su inicio hasta sobrepasar el número 50 es el de más actividad comercial de la calle y abarca cerca de 8.000 metros cuadrados.
Las actuaciones también incluyen las calles aledañas de Pérez Galdós, Augusto Figueroa, San Onofre e Infantas en el recorrido comprendido entre la propia calle Fuencarral y la de Hortaleza.
El plan dará continuidad al eje Montera-Arenal, un itinerario usado a diario por más de 36.000 peatones y que se prolongará más allá de Gran Vía.
Por eso, el Ayuntamiento también remodelará la Red de San Luis, en una intervención que modificará el sentido del tráfico en la calle Caballero de Gracia; suprimirá la fuente, sustituirá los pasos de peatones de la Gran Vía a la altura de Telefónica y la calle Hortaleza por uno nuevo que enlace directamente Montera y Fuencarral, y trasladará las terminales de autobuses.
Este proyecto permitirá aumentar en un 120% el espacio peatonal en este punto, así como dar continuidad a la acera de los números impares de la Gran Vía.
Larra 200 años

Un 24 de marzo de 1809 nacía en la antigua sede de la Real Casa de Moneda de Madrid, Mariano José de Larra, el maestro del periodismo moderno; ilustrado, arrebatado y romántico, que se quitó la vida con un tiro en la sien, antes de cumplir 28 años, tras un desengaño amoroso y el hastío vital que le producía España.
Así, hoy, martes, se cumple el bicentenario de este creador del artículo crítico y mordaz; progresista, dramaturgo y narrador, autor de frases célebres como "Vuelva usted mañana", "Escribir en Madrid es llorar" o su famoso "Aquí yace media España. Murió la otra media", cuya vida y obra sigue teniendo máxima vigencia.
Todo un clásico que todavía no ha encontrado relevo, según el periodista y dramaturgo Ignacio Amestoy. "Fue el periodista más importante del XIX y del XX. No se ha encontrado un sucesor. Todavía estamos esperando", ha señalado en varias ocasiones.
Larra, que fue el periodista mejor pagado de su época, conocido después también como "Fígaro" y creador de las revistas "El duende satírico" o "El pobrecito hablador", nació en Madrid en plena Guerra de la Independencia contra los franceses.
A los cuatro años se fue con su familia a París, con su padre, un médico afrancesado que sirvió en el ejército francés. Regresaría a Madrid, cinco años después.
Por este motivo, a los cinco años hablaba y escribía francés como español. A los nueve estudiaba gramática latín y griego y a los doce tradujo "La Ilíada", de Homero. Y ya con 19 años escribía su folleto "El duende satírico", recuerda Jesús Miranda, descendiente del escritor, en la biografía que ha salido hace poco con el título "Larra. Biografía de un hombre desesperado", publicada por Aguilar y por la Sociedad Estatal de Conmemoraciones Culturales.
Con un matrimonio frustrado con Josefa Wetoret, "muy guapa y de muy buena familia", y padre de tres hijos, Larra "fue un niño sin niñez y con un desarrollo prematuro dentro de una familia avanzada", considera Miranda, quien define al escritor como "un dandy, amigo de sus pocos amigos, entre ellos Espronceda, rebelde, enamoradizo, reservado, escéptico y misántropo".
Y en esta biografía, Jesús Miranda de Larra sostiene que el escritor se suicidó "por España y no por el amor a una mujer". Fue un hombre que luchó por cambiar España y al ver que no pudo integrarse en una España sin progreso, se pegó un tiro".
La situación política, social y económica que le toco vivir a Figaro fue desastrosa y gris. La transición del antiguo régimen al liberalismo.
Larra se pegó un tiro en la sien el 13 de febrero de 1837 en su casa madrileña de la calle de Santa Clara, un lunes de Carnaval tras recibir la visita de su amante, la poderosa Dolores Armijo, pidiéndole las cartas de amor que ella le había enviado, porque quería salvar su matrimonio.
Este hecho ha protagonizado ríos de tinta, obras de teatro y ha sido novelado, sobre todo, por uno de los especialistas en la vida y obra de Larra, Juan Eduardo Zúñiga, autor de "Balas de plomo", novela en la que recrea el día que Fígaro puso fin a su vida.
Venecia, retrato al natural

El “Settecento Veneziano” se nutrió de docenas y docenas de artistas (más de trescientos, muchos de ellos grandes maestros), con Tiépolo, Ricci y Canaletto a la cabeza, que convirtieron la capital del Véneto en una paleta multicolor y vivaz, en un esplendoroso lienzo que se admiraba desde todas las capitales y países.
Explosión de talentoBuena parte de esa explosión de talento y belleza puede ahora contemplarse (hasta el 7 de junio) en la exposición “Settecento Veneziano. Del Barroco al Neoclasicismo”, en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando de Madrid, que ha contado con la colaboración de la Fundación Banco Santander y la Embajada de Italia. Comisariada por Annalisa Scarpa, la muestra se nutre de obras que han llegado de distintos museos y diversas colecciones privadas, especialmente la Colección Terruzzi, y muchas de ellas son expuestas por primera vez en España.
El “Settecento” fue el intenso y luminoso tránsito del Barroco al Neoclasicismo, tal como explica Víctor Nieto Alcaide, Académico Delegado del Museo de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando. “Esta exposición muestra la elevada calidad y la originalidad de la pintura veneciana del XVIII. La preocupación de los pintores venecianos por la percepción de las transformaciones de la luz y el color, al igual que la atención por captar lo singular, anecdótico y cotidiano, alcanzaron un desarrollo inédito en la pintura del Settecento.
La pintura, al no estar condicionada por las normas rigurosas del clasicismo y ser entendida como un valor en sí misma, dio lugar a nuevas formas de modernidad y de autonomía pictórica llamadas a tener amplio eco en el arte posterior”. La brillante nómina de pintores representados cobija además de a Tiépolo, a su hijo mayor, Gian Domenico, a Antonio Bellucci, Sebastiano Pellegrini, Rosalba Carriera, Pietro Longhi, Luca Carlevarijs, Johan Richter, Canaletto, Bernardo Bellotto y Francesco Guardi, entre otros nombres radicalmente propios