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Biblioteca Nacional; 1711-2011
Ni los incunables, ni las partituras antiquísimas …uno de los objetos que más atrapa la atención del visitante en la muestra es el primer ordenador portátil usado en la Biblioteca Nacional.
Fue allá por 1996 y el “mamotreto”, visto por nuestros ojos acostumbrados a la planicie de los dispositivos actuales, costó la friolera de un millón de pesetas de la época.
Un recorrido por la historia de la magna Biblioteca- desde su fundación (1711) con las colecciones francesas de Felipe V hasta el último grito en catalogación digital- es el objetivo de la exposiciónBiblioteca Nacional de España: 300 años haciendo historia (hasta el 15 de abril), que abre el fuego de los actos de celebración del tricentenario de la institución cultural más antigua de España y será inaugurada este martes por los reyes. Y que pocas como ella pueden presumir de atesorar uno de los fondos más ricos e universales del mundo.
El viaje por las entrañas del gigante no es fácil y dadas las dimensiones de sus catálogos- más de 28 millones de documentos almacenados, 250 kilómetros lineales de estanterías en sus sedes de Recoletos y Alcalá de Henares- sacar a la luz algunos de sus tesoros ha requerido una intensa labor de síntesis por parte de sus organizadores.
“Ha costado montar la exposición dos años y se han sacado más de 240 obras. Aunque es imposible abarcarlo todo”, confiesa apenado el comisario, José Manuel Lucía, catedrático de Filología Románica de la Universidad Complutense, e investigador asiduo durante más de dos décadas.
Entre las joyas expuestas abundan las curiosidades, que nos desvelan que en los riquísimos fondos “hay más que libros”. Mapas, estampas litográficas, fotografías, archivo sonoro, cartelería, códices e incunables se disputan espacio y protagonismo.
Autógrafos, música e incunables
Dentro del material gráfico acumulado destacan las colecciones de fotografía: los negativos del fotógrafo Charles Clifford que permitían observar las primeras imágenes de destinos inalcanzables como Egipto; se codean con las fotos de los grandes estudios como el de Vicente Ibáñez, que daban la oportunidad al “vulgar ciudadano” de ser estrella por un día al situarse en el escaparate junto a estampas de divas como Gloria Swanson.
De especial interés histórico es el archivo de la Guerra Civil con más de 70.000 fotografías, llegado a la Biblioteca Nacional en los 80 desde el Ministerio del Interior, que retrata la crudeza de ambos bandos enfrentados.
La Biblioteca Nacional atesora 3.500 incunables
La muestra de grandes atlas del siglo XVII permite observar de cerca el primer plano de Madrid, o desentrañar en la sección de música el primer borrador, cuajado de anotaciones, del Concierto de Aranjuez del maestro Rodrigo.
Las donaciones, una de sus principales formas de adquisición de fondos, han permitido a la Biblioteca Nacional hacerse con verdaderas rarezas como la primera edición de El Quijote, que donó en el siglo XIX un estudiante de Teruel. No en vano, la institución presume de ser la biblioteca del mundo que atesora más incunables-datados antes de 1.501-con más de 3.500 ejemplares en su haber.
La Biblioteca y el “derecho de tanteo”
“En este autógrafo se puede comprobar como el escritor Ramón Gómez de la Serna siempre escribía en cuartillas amarillas. Además, fue uno de los primeros en usar el bolígrafo para ganar en rapidez, algo que no alcanzaba con la pluma”, explica el comisario ante la sección de autógrafos;documentos manuscritos que recogen la huella de grandes autores, como Jorge Guillén del que se conserva un completo archivo personal, hasta una carta de Miguel de Unamuno desde su exilio en Fuerteventura, que se expone por primera vez.
José Manuel Lucía explica como una de las adquisiciones más recientes ha sido uno de los últimos sonetos de Miguel Hernández, “escrito a lápiz desde la cárcel”.
Es la cuarta biblioteca del mundo en riqueza de fondos
Lo que muchos visitantes desconocen es “el derecho de tanteo” del que goza la Biblioteca en las subastas para hacerse con material: “esto significa que puede pujar en el último momento”, aclara el comisario. “Así se adquirió el catálogo de Boccerini y el original de Cañas y barro de Vicente Blasco Ibáñez”, puntualiza.
Para celebrar su 300 aniversario no quieren dejar de revelar sus avances tecnológicos. La institución fue una de las primeras en la catalogación informática de fondos, y es la cuarta biblioteca del mundo en calidad y riqueza de archivos. “Tan solo le aventajan la biblioteca del Congreso de EEUU, la nacional de Francia y la British Library de Reino Unido”, señalan orgullosos desde la organización.
Feliz Navidad

«El Reino de los Cielos es semejante a un tesoro escondido en un campo que, al encontrarlo un hombre, vuelve a esconderlo y, por la alegría que le da, va, vende todo lo que tiene y compra el campo aquel». (Mt 13,44)
Navidad es la historia de un Dios que vino a esconderse en un campo.
Escondido, haciéndose pequeño, hijo de hombre, niño, como cualquier otro niño.
Escondido, en su nacimiento silencioso, en Belén.
Belén, pequeño pueblecito de una pequeña región, en los límites de un inmenso imperio, en una tierra que por aquel entonces, igual que hoy, no conocía la paz.
Navidad es también la historia de tesoros y de campos, de hombres que encuentran el campo y el tesoro.
A muchos, de hecho, les llega la noticia de que el tesoro... ¡está justamente allí, en aquel campo!
Pero, desgraciadamente, no todos los buscan, no todos lo encuentran, no todos dejan todo por tenerlo.
Para poseer el tesoro es necesario, primero, despojarse de todo.
¡Esta es la única manera!
No basta con encontrar el tesoro, no basta saber dónde está.
Hay que jugarse la vida.
Las Escrituras son la historia de este tesoro escondido en el campo, que es el corazón del hombre.
Porque todo campo, todo corazón, puede esconder el tesoro.
Las Escrituras son la historia de tantos hombres, como nosotros, que se lo han jugado todo ante este descubrimiento.
Abrahán dejó su propia tierra, sus propios dioses.
Moisés perdió las seguridades de su pequeño exilio.
David se puso en movimiento, con todo su ser, incluido su pecado.
Job tuvo que perder todo para poder conocer a Dios.
Y después, los profetas, que nos llevan hasta los magos, a los pastores, a la viuda pobre, a todos los niños del Evangelio...
Todos ellos, gente que siguió adelante, que no retrocedió.
Gente que, ante este descubrimiento, ante este encuentro, comprendió que el evento era decisivo, el sentido y el corazón de todo, ante lo cual todo lo demás encuentra su justa dimensión.
El tesoro no se encuentra por casualidad, no se posee solo la mitad.
El tesoro está pintado con los colores fuertes de todo lo que es radical, absoluto.
Se debe perder absolutamente todo para poseerlo.
Quien ama, pierde todo. Porque amar significar perder todo, entregarlo todo.
El primero en asumir este riesgo fue precisamente Él, Jesús, escondido en el campo de Belén, con la esperanza de que todos le puedan encontrar.
Él fue quien inauguró el camino de perder. Perdió todo y encontró al hombre; como el hombre que, al perder todo, encuentra a Dios.
Tener fe es arriesgarse a seguir el camino de quien, como Él, sabe olvidarse de sí mismo en favor del prójimo –sea quien sea- y sabe actuar en consecuencia: perdón, acogida, escucha, solidaridad...
El camino de perder, jalonado por estas etapas, se convierte en el camino de encontrar.
Quien recorre este camino encuentra a Dios, al hermano, a sí mismo.
De esta forma la vida se transforma.
Puede ocurrir –como, de hecho, ocurre- que desde fuera parezca que nada cambia, que la historia, y en particular la historia de nuestra Tierra Santa, siga siendo la misma realidad dramática que vemos y vivimos: odios, divisiones, miedos, sospechas, prejuicios, parálisis...
Pero, en el interior, ¡todo cambia!
Cambia la forma de ver la vida, cambia el modo de vivir y, ¡afortunadamente!, vuelve la alegría a nuestras vidas, porque esta vida no es solo un campo, sino el campo que esconde el tesoro.
Nuestro deseo para esta Navidad es que lleguemos a ser personas capaces de perderse, en nuestra propia historia, buscando a Dios.
Y, en nuestras ansias por Él, en el descubrimiento maravilloso de este tesoro está, realmente, el campo de la vida, nuestra vida y la de aquellos que nos rodean.
MIS BANDERAS
Tengo una coleccion modesta de banderas del mundo, regiones e historicas deribado de mi aficcion a la vexiologia.
La Constitución Española de 1978, describe la bandera en su Art.4º.1.:"...formada por tres franjas horizontales, roja, amarilla, roja, siendo la amarilla de doble anchura que cada una de las rojas."
La Bandera nacional, esta regulada asimismo por una serie de Leyes y Decretos:
- Las Reales Ordenanzas de las Fuerzas Armadas, que reconocen la Bandera de España como acreedora del máximo respeto "... como símbolo de la Patria y su unidad".
- El Real Decreto 1511/1977 de fecha 21 de enero, sobre el Reglamento de Banderas, Insignias y Distintivos, en el que se establece su descripción, medidas, confección, usos y tamaños.
- La Ley 39/1981 de fecha 28 de octubre, que regula el uso de la Bandera Nacional y en artículo 1º dice: "La Bandera de España simboliza la nación, es signo de soberanía, independencia, unidad e integridad de la patria y representa los valores superiores expresados en la Constitución".
Antecedentes históricos
En los antiguos reinos de Castilla y Aragón se llevaron pendones carmesíes (que no morados) con castillos y leones y cuatribarrados respectivamente, y así continuaron incluso durante los reinados de los Reyes Católicos, predominando el empleo de los colores encarnado y amarillo.
Felipe I (1506) el Hermoso, en su efímero matrimonio con la Reina Juana I de Castilla, introdujo el signo distintivo de la casa de su madre, María de Borgoña, esto es, el aspa de Borgoña o aspa de San Andrés, que consiste en dos troncos de árbol desprovistos de sus ramas y cruzados en aspa. Por haber sido instrumento para el martirio del santo están teñidos con su sangre y casi siempre se representan en rojo o carmesí. Este símbolo, de gran trascendencia, se llevó desde principios del siglo XVI prácticamente hasta 1931 en que la Segunda República lo demolió. Desde 1971 figura en el guión del Príncipe de Asturias y desde 1975 en el de S.M. el Rey Don Juan Carlos I.
El momento en el que puede verse la que podemos llamar, sin duda, primera Bandera Española fue en ocasión de la batalla de Pavía (1525) en la que nuestras tropas llevaron como enseña telas blancas con aspas encarnadas; esa misma bandera se llevó también en la mar.
En los dos siglos siguientes, el devenir de la tipología de la bandera, fundamentalmente militar, proporcionó dos modelos reglamentados: el de la bandera principal, una sola por Tercio, y el de las banderas secundarias, una por cada Compañía. La principal, que representaba la autoridad real era la de la Compañía que mandaba personalmente el Maestre de Campo, blanca con aspa roja o carmesí y, en ocasiones, adicionada con otros símbolos como el águila imperial, las armas reales o el escudo del Maestre. Las secundarias, una por Compañía, son de variado colorido, con aspa roja o carmesí y de estructura a criterio de los Capitanes.
Con el advenimiento de la Casa de Borbón (1700), Felipe V renovó y centralizó las instituciones; los Tercios pasaron a ser Regimientos (1704) y la bandera principal se llamó Corónela (1707), mientras que las otras continuaron un tanto indefinidas.
En 1728 se ordenó que la bandera Corónela fuese blanca con el escudo de las Armas Reales y todas con el aspa de Borgoña. En unas y otras se podían poner en la extremidad de las esquinas las armas de los reinos y provincias de donde provenían o las divisas particulares que hubiesen tenido o usado. Este esquema general, con amplitud de interpretaciones continúa durante la Guerra de la Independencia, y durará hasta 1843.
Carlos III (1785) instituyó la bandera encarnada y amarilla, de tres listas (la central, amarilla, de doble ancho) para los buques de guerra y la de cinco para las demás embarcaciones; la primera se convertiría, paso a paso, en la Bandera de España.
Desde entonces, la bandera sólo tenía la representación real en el Ejército, la Armada, las plazas fuertes y los edificios oficiales y había una gran diversidad de banderas: blancas, corónelas o batallonas, azules en la Casa Real y Artillería, a las que se les unieron las moradas de Ingenieros, los estandartes, principalmente carmesíes y las dos banderas navales.
El carácter de Bandera Nacional tomó carta de naturaleza con el Real Decreto de 13 de octubre de 1843 por el que la Reina Isabel II al ser la Bandera Nacional el símbolo de la monarquía española, determiné que todas las banderas fuesen iguales en forma, dimensiones y colores a la Bandera de Guerra Española, teniendo en el centro el escudo de armas, ampliándose después en que se añadiría el aspa de Borgoña debajo del escudo.
La segunda República (1931) definió la bandera como la formada por tres franjas del mismo ancho, roja, amarilla y morada con el escudo del Gobierno Provisional de 1868.
La Bandera Nacional roja y gualda se restableció por Decreto de la Junta de Defensa en 1936 y llevó el escudo con el águila, con pequeñas variaciones, hasta 1981.
SALUTACIÓN A LA BANDERA
Salve, Bandera de mi Patria, salve,
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| Por eso eres sagrada, en torno tuyo, Sinesio Delgado. |
La Comunidad invita a visitar 12 enclaves del patrimonio histórico en Navidad
La Comunidad ha seleccionado 12 enclaves del patrimonio histórico para invitar a los madrileños a descubrirlos en este periodo navideño, entre ellos la Iglesia de San Antonio de los Alemanes, una joya del barroco en pleno centro de Madrid.
La directora general de Patrimonio Histórico, Laura de Rivera, ha visitado este jueves esta iglesia donde ha presentado la propuesta del Gobierno regional para estas fechas, que incluye visitas gratuitas a yacimientos arqueológicos, iglesias, murallas, edificios civiles y puentes rehabilitados.
Entre las propuestas seleccionadas, destaca por su belleza y proximidad la iglesia y hospital de San Antonio de los Alemanes, que se construyó para atender a los soldados portugueses residentes en Madrid, pero que pasó a la comunidad de los alemanes tras la separación de Portugal y por iniciativa de Mariana de Austria, segunda esposa de Felipe IV.
La austeridad exterior del edificio contrasta con la riqueza de las pinturas murales que alberga la iglesia, que incluye frescos de Carreño Miranda, Francisco Rizzi y Lucas Jordán, además de esculturas de refinada belleza y un órgano recién restaurado.
Otras propuestas en el centro de la ciudad son el Ateneo de Madrid, la iglesia de las Carboneras del Corpus Christi y la de la Concepción Real de Calatrava, así como la Plazuela de los Caños del Peral, en la estación de Metro de Ópera.
La ruta incluye, además, la Escuela de Minas, situada en la calle de Ríos Rosas, que constituye una de los edificios más representativos de los últimos lustros del siglo XIX en la capital.
En Alcalá de Henares, la Comunidad propone el Antiquarium y paseo arqueológico del Palacio Arzobispal, mientras que en Talamanca del Jarama destaca la visita del Puente Romano, que ha sido totalmente restaurado.
Otros enclaves son la iglesia de San Andrés Apóstol en Cubas de la Sagra, la de San Bernabé en el Escorial, así como la de Asunción de Nuestra Señora, de Navalcarnero, o la de Santiago Apóstol, en Villa del Prado, todas ellas restauradas por la Comunidad.
La web www.madrid.org ofrece información práctica sobre cómo visitar estos lugares protegidos y los horarios de apertura al público.
La recuperación y conservación del patrimonio histórico y artístico madrileño ha sido posible gracias a la creación del 1% Cultural, que desde 2005 permite reservar este porcentaje del presupuesto de las nuevas obras que acomete la Comunidad para destinarlo a la protección del patrimonio, ha recordado De Rivera