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Y llegó la Navidad.............
De Juan de Flandes a Antonio López

El Palacio Real de Madrid abre sus puertas a la ’Familia de Juan Carlos I’ un retrato firmado por Antonio López que se presenta al público por primera vez en la exposición ’El retrato en la colecciones reales. De Juan de Flandes a Antonio López’. La muestra organizada por Patrimonio Nacional, en colaboración con la Fundación Banco Santander, se puede visitar hasta el 19 de abril de 2015.
La exhibición del trabajo de López, acompañado por otras 113 obras de diversos artistas y épocas, supone “el cierre” de la obra del pintor manchego, tras poner firma y fecha a la obra. En ella Don Juan Carlos I aparece en el centro junto con Doña Sofía a su izquierda y un joven príncipe Felipe, hoy ya rey Felipe VI. A su derecha sus otras dos hijas, Elena y Cristina.
Antonio López ha tardado veinte años en realizar esta obra que tiene unas dimensiones de 3×3,39 metros, la pintura más grande realizada por el artista castellanomanchego.
La muestra, comisariada por Carmen García-Frías y Javier Jordán de Urries, recoge la importancia del género retratístico en las Colecciones Reales, a través de grandes artistas que han inmortalizado a los monarcas y a sus familias en los últimos seis siglos. Estas extraordinarias obras forman parte, casi en su totalidad, de los fondos de Patrimonio Nacional.
Evolución de la monarquía
La muestra, estructurada en dos grandes secciones que se corresponden con las dos dinastías que han reinado en España, Casa de Austria y Casa de Borbón, hace un recorrido por la evolución de la imagen de los monarcas españoles con un orden cronológico, del siglo XV al XXI, a lo largo de doce salas.
La primera sección, comienza con los antecedentes de la dinastía Habsburgo en España, la muestra se abre con la imagen de la Reina Isabel la Católica, realizada por Juan de Flandes. De los inicios de la Casa de Austria se pueden ver los grandes retratos oficiales de Carlos V, de Jakob Seisenegger. No faltan tampoco los grandes maestros del barroco español como Velázquez o Ribera.
En la segunda sección dedicada a la Casa de Borbón desde el siglo XVIII hasta el presente, se realiza un repaso pictórico por los distintos reinados de la dinastía con obras de, entre otros, Louis-Michel van Loo, Anton Raphael Mengs, Francisco de Goya o Joaquín Sorolla, hasta llegar al reinado de Juan Carlos I con El Príncipe de ensueño de Salvador Dalí y el Retrato de la familia de Juan Carlos I pintado por Antonio López, que se presenta al público con motivo de esta exposición.
Retratos reales
El mecenazgo y coleccionismo de la Corona ha influido en la evolución del género del retrato gracias a que gran parte de los artistas más importantes de cada reinado han sido grandes retratistas de la Monarquía Española, por lo que las grandes obras de estos excelentes pintores forman parte de los fondos de Patrimonio Nacional.
La exposición muestra la evolución del retrato desde comienzos del siglo XVI. El prototipo retratístico se configuró en torno a 1550 con las imágenes realizadas por Tiziano y Antonio Moro para la Casa de Austria española, en la que se conciliaba la captación mimética de la realidad con la correcta representación de la idea de majestad requerida para este tipo de retrato.
En las primeras décadas del siglo XVII el retrato cortesano español muestra una continuidad estilística, aunque se produce un proceso de renovación desde el punto de vista formal y técnico. Pero el verdadero cambio viene de la mano de Velázquez, que llega a la corte en 1623. Con la llegada de la Casa de Borbón a España llegan los retratistas franceses y con ellos la teatralidad. A partir de este momento se muestra un variado repertorio de retratos de destacados artistas, como son Goya, Sorolla o Dalí, que realiza El príncipe de ensueño.
El Palacio Real de Madrid abre sus puertas a la ’Familia de Juan Carlos I’ un retrato firmado por Antonio López que se presenta al público por primera vez en la exposición ’El retrato en la colecciones reales. De Juan de Flandes a Antonio López’. La muestra organizada por Patrimonio Nacional, en colaboración con la Fundación Banco Santander, se puede visitar hasta el 19 de abril de 2015.
La exhibición del trabajo de López, acompañado por otras 113 obras de diversos artistas y épocas, supone “el cierre” de la obra del pintor manchego, tras poner firma y fecha a la obra. En ella Don Juan Carlos I aparece en el centro junto con Doña Sofía a su izquierda y un joven príncipe Felipe, hoy ya rey Felipe VI. A su derecha sus otras dos hijas, Elena y Cristina.
Antonio López ha tardado veinte años en realizar esta obra que tiene unas dimensiones de 3×3,39 metros, la pintura más grande realizada por el artista castellanomanchego.
El Palacio Real de Madrid abre sus puertas a la ’Familia de Juan Carlos I’ un retrato firmado por Antonio López que se presenta al público por primera vez en la exposición ’El retrato en la colecciones reales. De Juan de Flandes a Antonio López’. La muestra organizada por Patrimonio Nacional, en colaboración con la Fundación Banco Santander, se puede visitar hasta el 19 de abril de 2015.
La exhibición del trabajo de López, acompañado por otras 113 obras de diversos artistas y épocas, supone “el cierre” de la obra del pintor manchego, tras poner firma y fecha a la obra. En ella Don Juan Carlos I aparece en el centro junto con Doña Sofía a su izquierda y un joven príncipe Felipe, hoy ya rey Felipe VI. A su derecha sus otras dos hijas, Elena y Cristina.
Antonio López ha tardado veinte años en realizar esta obra que tiene unas dimensiones de 3×3,39 metros, la pintura más grande realizada por el artista castellanomanchego.
El Palacio Real de Madrid abre sus puertas a la ’Familia de Juan Carlos I’ un retrato firmado por Antonio López que se presenta al público por primera vez en la exposición ’El retrato en la colecciones reales. De Juan de Flandes a Antonio López’. La muestra organizada por Patrimonio Nacional, en colaboración con la Fundación Banco Santander, se puede visitar hasta el 19 de abril de 2015.
La exhibición del trabajo de López, acompañado por otras 113 obras de diversos artistas y épocas, supone “el cierre” de la obra del pintor manchego, tras poner firma y fecha a la obra. En ella Don Juan Carlos I aparece en el centro junto con Doña Sofía a su izquierda y un joven príncipe Felipe, hoy ya rey Felipe VI. A su derecha sus otras dos hijas, Elena y Cristina.
Antonio López ha tardado veinte años en realizar esta obra que tiene unas dimensiones de 3×3,39 metros, la pintura más grande realizada por el artista castellanomanchego.
"Hemos sido privilegiados testigos de la fase final del proceso creativo de este trabajo, fundamentalmente la introduccion de una fuerza de luz que entra por la parte izquierda del cuadro". Este es el capítulo que ha cerrado las dos décadas que ha invertido Antonio López frente al retrato de la familia de Juan Carlos I, que por primera vez ha sido presentado al público. Así lo relata el presidente de Patrimonio Nacional, José Rodríguez-Spiteri, en la presentación este miércoles de la muestra El retrato en las colecciones reales. De Juan Flandes a Antonio López, en el Palacio Real:
"Una tarde, Antonio se dio cuenta que el efecto de la puesta de sol sobre uno de los focos que ilumina a fachada del palacio tenía un efecto de reverberación extraordinario. Luego anotó en un margen del cuadro el mes y la hora exacta a la que se producía este efecto, ’septiembre 13:48’"
Ese rayo de luz no solo culmina 20 años de trabajo. Además es el botón exquisito tras el que brillan cinco siglos de pintura magistral en los retratos que los mejores artistas realizaron para la corte española. Una colección que el rey Juan Carlos y la reina Sofía inauguran este miércoles y que podrá visitarse desde el 4 de diciembre al 19 de abril.
Dos décadas y 50 millones
El retrato, que costó 50 millones de las antiguas pesetas, "se acabó y firmó por el artista manchego hace 15 ó 20 días y lo fechó ’1994-2014’, dejando bien claro que había tardado 20 años en elaborarlo", ha afirmado Rodríguez-Spiteri, quien ha ofrecido al pintor "que si quiere seguir trabajando en el estudio puede continuar ocupándolo".
El Retrato de la Familia Real "no corría prisa" para su autor, ha dicho Antonio López en declaraciones a Efe. "Es un cuadro más", ha añadido, confesando que "si he hecho 300 ó 400 obras, esta es una de ellas; a lo mejor la que tiene unas características específicas más apartadas de todo lo demás, para bien o para mal".
Un artista a quien la presión pública no le ha llevado a acelerar el proceso de creación de un cuadro que guarda sus propias anécdotas, como ha comentado en la presentación el presidente de Patrimonio: "En un encuentro con el pintor Pablo Palazuelo, este dijo al pintor ’Antonio, ni se te ocurra acabarlo, este es uno de los cuadros que no se deben acabar jamás’”. Rodríguez-Spiteri también ha sido testigo de esta minuciosidad en lo que se denominan: “Yo, en un momento determinado he visto tres cabezas del príncipe de Asturias”, es lo que se denominan "arrepentimientos" y delatan una parte del proceso creativo.
Y reconoce que ha merecido la pena conceder al maestro los meses, años y finalmente décadas de gestación que han culminado en este "parto" tan celebrado: “En Patrimonio hemos sido generosos con Antonio. Es imposible presionar a un artista.”
Cómo eran, cómo éramos
Cuando acabe la exposición, la obra pasará al salón de alabarderos donde los visitantes podrán contemplarla. El lienzo tiene unas dimensiones de 3x3,39 metros y en él aparece centrado Don Juan Carlos con Doña Sofía a su izquierda y formando un poco de curva, un jovencísimo Príncipe Felipe, hoy convertido en el Rey Felipe VI. En el otro extremo, junto a su padre, las Infantas Elena -a la que el Rey Juan Carlos abraza por el hombro- y Cristina, esta última sujetando una flor en su mano.
"El Rey Felipe ha visto el cuadro terminado", ha añadido el presidente de Patrimonio, quien por su relación personal con el pintor ha seguido muy de cerca la elaboración de la obra. "Creo que ha quedado muy impresionado, de pronto ha sido encontrarse con uno mismo como era hace 20 años".
"20 años no es nada", opina el propio autor. Una afirmación que cobra sentido en el contexto histórico y pictórico en el que su obra ve la luz: Austrias, Borbones, siglos de poder absoluto, realismo sin fisuras, y como paradoja, el colofón de la democracia apoyado en el surrealismo de Dalí: "Teníamos la familia de Carlos IV y ahora tenemos también la familia de Juan Carlos I, que obedece a un momento histórico. Situada enfrente, se encuentra una obra muy singular de Salvador Dalí que nos presenta ese período de la Transición democrática", explica uno de los comisarios, Javier Jordán, haciendo referencia al retrato El Príncipe de ensueño, que comparte sala con la obra de López.
2 décadas y 500 años para pintar una familia real
La exposición la integran un total de 114 obras que pretenden reflejar una visión del retrato de corte en España, desde tiempos de la Casa de Austria a los de la Casa de Borbón, del siglo XV al XXI, a través del trabajo de artistas como Roger van der Weyden, Juan de Flandes, Antonio Moro, Velázquez, Ribera, Rubens, Coello, Goya, Sorolla, Dalí y el mismo Antonio López.
"El retrato más antiguo que tiene la colección es uno anterior a Isabel la Católica del duque de Borgoña firmado hacia 1450 por Roger van der Weiden", explica a RTVE.es Carmen Frías, también comisaria de la exposición, y añade que el retrato de la reina que conquistó Granada "es el más fidedigno y más conocido".
El retrato de Antonio López es la última hoja de un árbol genealógico pintado sobre lienzo a lo largo de cinco siglos. en el que "la veracidad, la vera efigie es lo que han tratado de captar todos los pintores de corte a lo largo de la historia. Las poses y la dirección en la que se han de disponer los retratos se marcan a partir del siglo XVI y a partir de ahí tendrán una evolución", comenta Frías, y detalla que "con Velázquez se produce un cambio a la hora de caracterizar el alma de los personajes, y sus pautas marcarán el retrato a lo largo del siglo XVII".
El público tendrá además la oportunidad de contemplar piezas desconocidas como "un Felipe III de Pantoja que se encontraba situado en una zona no visitable del palacio", apunta Rodríguez-Spiteri. La "única miniatura firmada por Velázquez" que representa al Conde Duque de Olivares, también está a la vista de los visitantes, y una peculiar imagen de Carlos IV de espaldas firmada por Bauzil en 1818, un "caso único" según el comisario Javier Jordán.
El retrato en las colecciones reales, no solo es la reunión de obras, pintura, escultura, sino la recuperación de las mismas en un proceso en el que "las salas de exposición han permanecido convertidas en talleres de restauración", aclaran los responsables. Patrimonio Nacional ha desarrollado para la ocasión un microsite y aplicaciones móviles desde la que los interesados "podrán ver todas las obras de la exposición", ha afirmado Alicia Pastor, gerente del consejo de administración del Patrimonio.
La Guardia Real ha celebrado este miércoles el XX aniversario de la recuperación del tradicional Relevo Solemne en el Palacio Real que -desde que dejara de tener lugar en 1931- no había retornado a la agenda de las tropas que prestan servicio en la Casa de Su Majestad el Rey hasta el 23 de noviembre de 1994.
Horarios
- Invierno (octubre a marzo). Todos los días: 10:00 - 18:00
- Verano (abril a septiembre). Todos los días: 10:00 - 20:00
- Cierre taquillas y acceso a Palacio una hora antes
Días de cierre 2014
- 1 de mayo: cerrado en jornada completa
- 24 de diciembre: cerrado a partir de las 15:00
- 25 de diciembre: cerrado en jornada completa
- 31 de diciembre: cerrado a partir de las 15:00
- Además de los cierres ya previstos, puede haber cierres adicionales motivados también por la celebración de actos oficiales
Precios
Del 4 de diciembre de 2014 al 19 abril de 2015 el precio de las entradas se incrementará en 1 euro al incluir el acceso a la exposición "El Retrato en las colecciones Reales. De Juan de Flandes a Antonio López".
Tarifa individual
Tarifa Básica 10 €
- Visitantes que no puedan beneficiarse de la tarifa reducida o gratuita.
Tarifa Reducida 5 €
- Miembros individuales de familias numerosas con acreditación de Libro de Familia o equivalente de la U.E. y Países Iberoamericanos o portadores de permiso de residencia o de trabajo de dichas nacionalidades.
- Ciudadanos entre 5 y 16 años. Acreditación mediante carné identidad o pasaporte de 14 a 16 años.
- Mayores de 65 años de los Estados miembros de la Unión Europea o de países iberoamericanos. Mediante carné de identidad, pasaporte, carné de conducir, permiso de trabajo o residencia.
- Estudiantes titulares de acreditación hasta los 25 años con carné actualizado de estudiante nacional o internacional.
Acceso gratuito 0 €
- Menores de 5 años
- 18 de mayo, día Internacional de los Museos.
- Familias numerosas con acreditación de Libro de Familia o equivalente de la U.E. y Países Iberoamericanos portadores de permiso de residencia o de trabajo de dichas nacionalidades.
- Miembros del ICOM (Consejo Internacional de Museos), mediante carné acreditativo de dicho Organismo.
- Guías Oficiales de Turismo con carné de Guía Oficial de Turismo.
- Profesores en visita individual con carné de docente.
- Personas con discapacidad portadoras de acreditación.
- Personas en situación legal de desempleo que acrediten esta circunstancia, mediante Tarjeta de Demanda de Empleo o documento equivalente, expedido por Órgano competente.
- De lunes a jueves de 16 a 18 h. (octubre a marzo) y de 18 a 20 h. (abril a septiembre), entrada gratuita para ciudadanos de la Unión Europea, residentes y portadores permiso de trabajo en dicho ámbito y ciudadanos iberoamericanos, previa acreditación de nacionalidad (carta de identidad nacional, pasaporte o carné de conducir) o permiso residencia o trabajo. La oferta de gratuidad se limitará a la visita libre. Durante este horario no se permitirá la visita de grupos guiados.
Goya en Madrid. Cartones para tapices

El Museo del Prado acoge hasta el 3 de mayo la exposición Goya en Madrid. Cartones para tapices 1775-1794' con la que muestran los cartones para
tapices de Goya, que evidencian la conexión del artista con el pasado y su contemporaneidad y explican al mismo tiempo cómo la riqueza de composiciones, figuras y expresiones que aparecen en estos lienzos constituyen el germen de sus creaciones posteriores, en pinturas de gabinete, dibujos y series de estampas.
Las distintas secciones que componen esta muestra seleccionan asuntos, escenas y composiciones que están presentes en la pintura decorativa de todos los tiempos, especialmente en los ámbitos cortesanos, pero que Goya interpreta según su particular visión del mundo en estos cartones para tapices, pinturas al óleo sobre lienzo que eran los modelos usados por los oficiales de la Real Fábrica de Tapices para tejer estas obras.
La exposición presenta los cartones para tapices de Goya, así como las obras del resto de los artistas representados, de un modo radicalmente distinto al habitual en la colección permanente en la que se muestran siguiendo el orden cronológico de las series y los ámbitos para los que fueron destinadas.
La estructura ahora consta de ocho secciones temáticas que revelan al público algunos aspectos técnicos de estas obras y ponen de manifiesto varias de las líneas de investigación que se seguirán desarrollando en los próximos años.
La exposición muestra tanto el mundo de su tiempo como los intereses del artista a través de las clases sociales, el mundo infantil, el baile y la música, o la crítica de asuntos contemporáneos, como el matrimonio desigual, unos temas, composiciones y actitudes que se compararán con obras de predecesores como Tiziano, Velázquez o Rubens, pero también con pinturas, esculturas y dibujos de otros artistas que trabajaron para las decoraciones reales en la segunda mitad del siglo XVIII como Francisco y Ramón Bayeu, José del Castillo y Mariano Salvador Maella.
Esta comparación revela el modo distinto en el que Goya recrea la sociedad y la vida de su tiempo según su propia visión de la realidad y de modelos que han quedado cristalizados en el imaginario colectivo de lo español y, sobre todo, de lo madrileño: los majos y las majas, a los que en composiciones como 'La merienda', 'La riña en la venta nueva', 'El cacharrero', 'La vendimia' o 'La nevada'.
RESTAURACIONES RECIENTES
Una de las obras destacadas de esta muestra es 'Cazador cargando su escopeta', sometido a una compleja y completa restauración para separarlo de otro al que estaba unido mediante forración desde 1933.
Las dos obras configuraban una sola escena que puede contemplarse en la muestra a través de una reproducción: la parte izquierda corresponde a un cartón de Matías Téllez, 'Zorro cogido por un cepo', y la derecha, a uno de Goya, Cazador cargando su escopeta, que en ese momento se consideraba de Ramón Bayeu.
Por otro lado, la 'Vista de la ciudad de Zaragoza' de Juan Bautista Martínez del Mazo, tras su reciente restauración, se exhibe en esta muestra con sus dimensiones originales al tapar con un marco de nueva factura las franjas añadidas, probablemente, en el siglo XVIII. Durante el proceso de limpieza la obra ha recuperado su riqueza y variedad cromática, lo que se ha traducido, entre otras cosas, en una lectura mucho más clara de sus relaciones espaciales.
Esta exposición coincide con el proceso de renovación, inscrito en el Programa de Reordenación de Colecciones, que se llevará a cabo en las salas de la segunda planta sur del Museo que albergan las colecciones de tapices de Goya y de pintura española del siglo XVIII.
Yundi Li plays Chopin Nocturne
Reabre el Museo Municipal

Ha pasado prácticamente una década desde que comenzó la transformación del Museo de la Historia de Madrid, el museo municipal, de la famosa portada barroca de Ribera, en plena calle Fuencarral. Diez años de trabajos para cambiarle la cara y las «tripas» a una instalación situada sobre el antiguo Hospicio de Madrid, y que atesora colecciones que recorren la historia de la ciudad. Unas obras dirigidas por el arquitecto Juan Pablo Rodríguez Frade, experto en museos y responsable también de la transformación del Arqueológico Nacional. El miércoles, finalmente, volverá a abrir sus puertas.
En el año 2002 ya se anunciaba su cierre temporal para realizar obras de mejora. El viejo edificio del Hospicio (de 1722, que se salvó de la demolición al adquirirlo el Ayuntamiento madrileño en 1922) necesitaba algo más que unos arreglos, y a ello se pusieron los responsables municipales. El encargo recayó en Juan Pablo Rodríguez Frade y su equipo, especialistas en instalaciones museísticas.
Tres fases
Los trabajos se llevaron a cabo en tres fases, entre las cuales han pasado años, el lugar ha cambiado hasta de nombre –durante muchos años era conocido como Museo Municipal– y ha tenido periodos de apertura intermitente y parcial de sólo algunas de sus salas.
Rodríguez Frade comenzó a trabajar allí en 2004, y le ha dado la vuelta totalmente al interior del edificio de Pedro Ribera. Respetando, lógicamente, los elementos protegidos: la primera crujía, la bellísima fachada barroca. Ahora, su siguiente reto es la capilla, que abrirá también al público tras ejecutarse trabajos aún pendientes. «El proyecto de adecuación ya está redactado», explica.
El arquitecto es consciente de la expectación que levanta la apertura de este histórico museo, tan popular y querido por los madrileños. «Entiendo que es un lugar muy consolidado», afirma. Lo que se encontrarán los visitantes será un espacio en el que las colecciones se han reorganizado conceptualmente, y donde la puesta en escena está muy cuidada.
Su referente, apunta Rodríguez Frade, pudiera ser el Museo Carnavalet de París, «con muchísima personalidad; No hay elementos interactivos –avisa–; esto no es un museo del siglo XXII, sino que cuenta con mucho arte decorativa, como los museos de principios de siglo, donde el visitante puede dialogar con la pieza».
Ha conseguido ganar al inmueble espacio para un gran patio interior que quedaba «como un vacío entre cuatro construcciones». Él lo ha cubierto, «respetando los cipreses» que aún pueden verse fuera, y ganando un espacio que recibe al visitante. Con un techo de láminas de pan de oro y un perímetro de cristal alrededor. «Resulta un espacio muy cálido, en el que la luz resbala por las fachadas. Y desde las plantas superiores se puede uno asomar a ver el patio», relata.
«Alegoría de Madrid» de Goya
La pieza más sobresaliente que se podrá ver en el interior del Museo de Historia de Madrid seguirá siendo, cómo no, la maqueta de León Gil de Palacio, realizada en 1830. Pero también seguirá allí la «Alegoría de la Villa de Madrid», de Goya, de la que cuentan las crónicas que fue modificada varias veces para adaptarse a los tiempos: primero, en el medallón central del cuadro aparecía el retrato de José I, que más tarde fue sustituido por el de Fernando VII, y después por las palabras «Dos de Mayo» que pueden leerse aún ahora.
En su día, el museo también contó con otras piezas relevantes, como el cuadro de la Virgen de la Leche de Pedro Berruguete, que se trasladó al Museo de San Isidro y se ha cedido al del Prado durante cinco años –hasta 2017–. Oel cuadro de San Fernando ante la Virgen, de Luca Giordano, que preside la capilla.
No obstante, el arquitecto responsable de la restauración del edificio y de su nueva presencia destaca que éste «no es tanto un museo de piezas como un conjunto» que repasa la historia de Madrid a través de tres plantas. Y pronostica sorpresas: «Es muy inesperado: por dentro el visitante va a encontrar un edificio absolutamente sorprendente, un espacio de acogida muy grande en el que en el futuro se instalarán también una tienda y un restaurante».
No evita Rodríguez Frade la polémica en torno a la valla que rodea desde 2013 el museo. «No la hemos hecho nosotros;fue el Ayuntamiento quien la instaló». Su objetivo, explica, «es evitar los actos vandálicos en la fachada del edificio, de Pedro Ribera», que con demasiada frecuencia aparecía dañada o con pintadas.
«Por el lado de la Fuente de la Fama la verja ya existía; se pensó que alargándola a la calle Fuencarral, se protegería la fachada. Pero a cambio, se le resta visibilidad», reconoce. A su juicio, «la idea de la verja no la veo desacertada, pero sí la formalización. Es peor en dis eño que en intención». Y llama la atención de que puede haber «otros elementos disuasorios» que resulten igualmente útiles: por ejemplo, justo frente al Museo se encuentra el edificio del Tribunal de Cuentas, diseñado por Francisco Jareño en 1860, y que no es atacado por vándalos, pese a no tener verja. «Tal vez –sugiere– otras medidas sean eficaces».
Para que el trabajo sea completo, recuerda que aún está «por resolver» la otra fachada del edificio del museo, la que da a la calle Beneficencia. Una calle estrecha que «se dijo que se iba a peatonalizar», y en la que actualmente se protege el edificio con una lona. «Esta parte de atrás no funciona;no está a tono con la edificación de Ribera», insiste.