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Tesoros de la Hispanic Society of America

Esta muestra, que cuenta con el patrocinio de la Fundación BBVA, permite acercarse a la colección más importante de arte hispano a través de ejemplos de piezas arqueológicas, escultura romana, cerámicas, vidrios, muebles, obras del Siglo de Oro, arte colonial, y pintura de los siglos XIX y XX, de las cuales algunas nunca se han visto fuera de la sede neoyorquina.
En palabras de Falomir, comisario junto al director de la institución, Mitchell A. Codding, la importancia de esta exposición radica en la calidad de las obras, su "ambición geográfica e histórica", que "no resultará ajena" al visitante, así como en la "pasión" que sentía el fundador de la institución, el coleccionista Archer Milton Huntington, por la "cultura y la lengua", y la "mirada extranjera" que propone.
Muchas de las obras que llegan al Prado pertenecientes de la Hispanic Society no se habían hecho públicas hasta ahora o permanecían inéditas, como es el caso de los relicarios de santa Marta y santa María Magdalena de Juan de Juni, o el grupo de madera policromada, vidrio y metal titulado las ’Postrimerías del hombre’, atribuido al ecuatoriano Manuel Chili.
Asimismo, para esta exposición, que se podrá contemplar en las salas A, B y C del Edificio Jerónimos, se han restaurado varias obras, como es el caso de ’Duquesa de Alba’, de Goya, uno de los ejemplos más importantes de pintura que se componen esta muestra, junto a ’Retrato de una niña’, de Velázquez; ’La Piedad’, del Greco; ’El hijo pródigo’, de Murillo; o ’Santa Emerenciana’, de Zurbarán, entre otras.
En cuanto a las esculturas, la selección incluye ’Efigie de Mencía Enríquez de Toled’, del Taller de Gil de Siloé; la terracota de Luisa Roldán; ’Matrimonio místico de Santa Catalina’, o ’San martín’, una talla policromada que data de mediados del siglo XV.
Falomir ha destacado que en el momento en el que Huntington (1870-1955) comenzó esta colección, en España las reflexiones giraban en torno a la esencia del país. En este sentido, ha destacado su aprecio por el "legado" de la cultura hispana, así como la "naturalidad" con la que América se integró en la Hispanic Society, a diferencia de los "problemas" que había en España para integrar al continente, lo que se percibe en su "galería iconográfica". "Me duele que en España seamos incapaces de hacerlo", ha dicho.
El director de la Fundación BBVA, Rafael Pardo, ha indicado que la aportación de la institución ha sido de aproximadamente 625.000 euros. En este sentido, y en relación con el coste total de la exposición, el director del Prado ha bromeado: "Ha costado mucho trabajo".
Falomir ha precisado que para la realización de este montaje no ha habido contraprestación económica con la Hispanic Society, aunque la pinacoteca española sí ha abonado los costes de transporte y montaje, así como de la restauración de alguna obra, como es el caso de la pintura de Goya.
Ahora, lo mejor de lo mejor de la insigne institución radicada en Manhattan llega al Museo del Prado en la muestra Tesoros de la Hispanic Society of America. Visiones del mundo hispánico, abierta al público desde el próximo martes, 4 de abril, hasta el 10 de septiembre, que presenta un concentrado de 214 obras que abarcan pintura, escultura, manuscritos, artes decorativas y piezas arqueológicas y textiles.
OBRAS DE REMODELACIÓN EN LA HISPANIC SOCIETY
Esta exposición es posible gracias a que la sede neoyorquina de la Hispanic Society of America, que abrió sus puertas en 1904, se someterá a unas obras de remodelación que previsiblemente culminarán en 2019.
El museo y biblioteca que forman este centro se encuentra en la parte alta de Manhattan, en Nueva York, un lugar alejado del punto neurálgico en el que se encuentran los principales museos de la metrópoli, tal y como ha reconocido el comisario de esta exposición junto a Falomir y director de la Hispanic Society of America, Mitchell A. Codding.
Según ha señalado, el espacio expositivo tiene "limitaciones de espacio", puesto que no permite exhibir todo el conjunto de la colección, y ha indicado que su objetivo es ampliar el espacio, aunque necesitan "fondos" para ello. Además, entre sus planes está ofrecer exposiciones temporales para aumentar las visitas.
Reina Sofía celebra 80 años del "Guernica" con exposición monumental

Cuando la República Española le pidió a Picasso que pintara el mural en que se convertiría el "Guernica", en 1937, el pintor malagueño no estaba seguro de poder hacerlo. El objetivo era denunciar en el pabellón español de la Exposición Internacional de París de ese año la Guerra Civil Española, pero su obra anterior no lo había preparado para enfrentar con el pincel una escena tan trágica como la del bombardeo nazi en la ciudad vasca de Guernica. Para entonces atravesaba una crisis, pues se sentía desconectado de la obra que pintores más jóvenes que él, como Dalí y Miró, estaban desarrollando. De todas maneras, asumió la tarea y completó la pintura en un mes.
A 80 años de su realización, la obra se ha consolidado como una de las más emblemáticas de la historia del arte y un símbolo contra la barbarie. En virtud de ello, el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía la celebrará entre el 4 de abril y el 4 de septiembre con una muestra en la que dialogarán cerca de 180 pinturas de Picasso, provenientes de 30 instituciones del mundo, con el Museo Picasso de París como principal aliado.
La exposición, que también conmemora los 25 años del retorno de la obra al Reina Sofía, recibe el nombre de "Piedad y terror en Picasso. El camino a Guernica" y tiene como foco el universo pictórico en torno a la monumental pintura. Recorre desde los años 20 hasta mediados de los 40, período en el que la obra del artista dio un vuelco radical, pasando del cubismo a la búsqueda de una nueva imagen del mundo, en un momento de gran convulsión política.
Así, la muestra curada por Anne M. Wagner y Timothy James Clark, dos importantes teóricos de arte, parte de las naturalezas muertas y los interiores de los años 1924 y 1925, para llegar a la monstruosidad y la violencia de esa década y la siguiente, las cuales Picasso abordó por medio de retratos e interiores realizados al comienzo de la Segunda Guerra Mundial.
En los años 20, Picasso comienza a introducir espacios y personajes nuevos, en medio de escenas de violencia, miedo o dolor, frecuentemente expresadas a través de la fragmentación de los cuerpos. Desde ese lugar emerge el arte político que da paso al "Guernica", que se presenta como pesadilla, en lugar de ensueño, y se ha convertido, como escribe Clark en uno de los ensayos publicados con motivo de la muestra, en "la gran escena trágica de nuestra cultura".
Una de las pinturas que pondrán de relieve la transformación de la obra de Picasso es "Las tres bailarinas", de 1925, en la que se evidencia por primera vez la violencia como preocupación del artista. Otras obras que se exhibirán son la escultura "Mujer en el jardín" (1930) y las pinturas "Mujer peinándose", "Desnudo de pie junto al mar" y "Mandolina y guitarra".
Otras celebraciones
El Museo Reina Sofía ha desarrollado una serie de proyectos vinculados a la muestra, como la creación del Fondo documental Guernica; la edición de una publicación que recogerá un extenso ensayo de los comisarios de la muestra, junto con casos de estudio de otros autores y material gráfico; y una segunda publicación con diferentes textos de los viajes que realizó el "Guernica" hasta su llegada definitiva a España, en 1981, seis años después de la muerte de Franco.